¿Libre elección de médicos del SAS?

De buenas a primeras el señor Chaves, progresista que dice ser él y quienes le secundan, nos expropia el derecho que nos reconoce el artículo 6, apartado L, de la Ley 2/1998, a la libre elección de médico. Y ello de un plumazo. El día 30 de diciembre de 2003 nos quita el médico que estaba consiguiendo mejorar nuestra salud, imponiendo otro. Ni alternativa, ni analizar la situación de enfermos crónicos, de avanzada edad o grupo familiar. El cambio lo conocimos seis días después, por escrito descortés del director del Distrito Sanitario A.P. Sevilla, de la calle El Greco, s/n, sin que conste identidad del firmante, como debe ser.

No se pudo reclamar al carecer de libro y hojas de reclamación el ambulatorio Virgen de los Reyes. El joven director de éste alega que él no interviene en estos asuntos, pues las decisiones las dictan en el distrito donde, a su vez, nos personamos y nos manifiestan que ellos se limitan a coordinar las evaluaciones que reciben del ambulatorio, siendo el director de éste quien resuelve. Al volver a éste, se sorprende de las afirmaciones de la gente del distrito, indicando que aclarará estas contradicciones y nos tendrá al corriente.

Y, sin que se haya cumplido lo anterior, personado nuevamente en el distrito a pedir audiencia con algún responsable de aquél, éste no concede entrevistas personales, "está demasiado ocupado", y se nos advierte con altanería: "Hágalo por escrito". También nos dicen que no esperemos otro modo de contestación. A contrapelo, en otra planta consigo que la secretaria de dirección me oiga, y me remite a otra compañera, previamente avisada del tema que, en el pasillo y sobreaviso, me espeta: "Solicite cambio de médico pasados tres meses desde la nueva asignación". "Estoy pidiendo restitución", le dije. Autoritaria, aquélla exclamó: "Hágame caso y solicite lo que le digo". Y, desconsiderada, se escabulló al mencionarle la ley.

No debemos consentir que jueguen con nuestra salud ni nuestra sensibilidad. Si la segunda modernización del señor Chaves consiste en no respetar las leyes que emanan del Parlamento andaluz, puede entreverse que los dirigentes políticos de la Andalucía imparable... van imparables hacia más burocracia irresoluble, altanera, con brotes autoritarios que ya se percibe en demasiados cachorros (de este peculiar feudo andaluz), fomentando el conformismo (para conservar sus cargos) y que continúe la ancestral sumisión de los andaluces de a pie.