"Con la digital he aprendido a encuadrar"

"Nuestro director se llama Sony. Es un vídeo digital plantado sobre el escenario que usamos durante los ensayos para luego corregir errores", explica Carles Sans, integrante de El Tricicle.

Teatro, cine, literatura, televisión, vídeo... Nada se le escapa a este actor, aficionado también a la fotografía en general y a la digital desde hace cuatro o cinco años.

"Me costó mucho sustituir la cámara analógica por la digital: me gustaba el tiempo que se tardaba en ver los resultados. Era mágica la espera y también era y sigue siendo mágica la textura que da; por eso las conservo, aunque la inmediatez de la digital me sedujo enseguida".

Muchas son las ventajas que Sans valora de esta nueva forma de fotografiar. "Ahora encuadramos mucho mejor; antes cortábamos casi siempre los pies. Además permite modificar el resultado, y sin reparar en gastos. Tiras y tiras, y si no te gusta, vuelves a tirar, que el carrete jamás se acaba. No sólo es genial: es una escuela de aprendizaje para perfeccionar la técnica".

Sans emplea dos cámaras. "Una Canon Ixus y una Casio superplana que me regaló un amigo". Como le caben en el bolsillo, las lleva a todas partes y puede retratar las situaciones que le gusta recordar. "Antes pesaban demasiado y sólo las usabas en las BBC (bodas, bautizos y comuniones)".

Cuando llega a casa, retoca con Photoshop -"aunque cuando vi el manual de aprendizaje me asusté", dice - y a imprimir como loco "con una Epson que va de maravilla". A Sans, que usa ordenadores desde hace años, le pica también el gusanillo de la edición de vídeo. "Me gusta jugar y manipular la imagen en movimiento, pero las grabaciones de los espectáculos las dejamos en manos de productoras. Sólo grabo con vídeo los ensayos".

Ahora anda tras un programa japonés que permite crear videoclips en un segundo, y además continúa con su actividad profesional. El trío cómico más famoso de España seguirá representando a los increíbles hombres silla, los personajes de Sit, su última obra, en cartel en el teatro Nuevo Apolo de Madrid.