Uno de cada cinco jóvenes de Barcelona es extranjero

Un simple paseo revela lo que las encuestas confirman: el 18,9% de los jóvenes de 15 a 29 años que viven en Barcelona es extranjero. El perfil de la población joven en la capital catalana ha cambiado en los últimos 10 años, según revela una encuesta que el Ayuntamiento realiza cada lustro.

En 1997 el 85,7% de los habitantes de entre 15 y 29 años había nacido en la ciudad. En 2002 el porcentaje se ha reducido al 71,3%. Este descenso es prácticamente idéntico al aumento del número de jóvenes nacidos en el extranjero: el 18,9% de la población barcelonesa proviene de fuera de España, proporción que alcanza el 26,8% en la franja de edad entre los 25 y los 29 años, lo que supone que uno de cada cuatro jóvenes de esa edad son extranjeros.

Los datos proceden de una encuesta elaborada por el Ayuntamiento de Barcelona a 1.200 jóvenes de la ciudad con edades comprendidas entre los 15 y los 29 años, llevada a cabo entre diciembre de 2002 y febrero de 2003. El estudio revela que, de estos jóvenes de 25 a 29 años nacidos fuera de España, el 23,2% procede de países de fuera de Europa.

Otro de los datos reveladores es que éstos están más preparados que los autóctonos: el 47,7% cuentan con titulación universitaria, frente al 39,4% de los nacidos en la ciudad. Pero esta inyección de juventud de procedencia extranjera no frena la caída de población joven: si en 1991 representaban el 23,2% de los barceloneses, en 2002 sólo alcanzan el 18,7%.La falta de independencia define la situación de los jóvenes de hoy. La precariedad laboral y la carestía de la vivienda -una de sus principales preocupaciones, junto con el paro- hacen que dejar la casa de los padres sea un objetivo difícil de alcanzar. El 47% de los jóvenes de 25 a 29 años aún viven con sus progenitores, porcentaje que se dispara al 64,8% si se toma la franja de edad que abarca de los 15 a los 29 años. Esta imposibilidad de abandonar el nido paterno es vivida como un verdadero problema por los afectados, de los cuales el 70% alega que los problemas económicos son el principal impedimento.

Con vistas a una sólida preparación académica, los jóvenes alargan su ciclo educativo cada vez más: uno de cada tres jóvenes entrevistados estudia a tiempo completo y uno de cada cuatro combina los estudios con el trabajo, mientras que el 33% sólo trabaja y casi el 13% ni estudia ni trabaja y está mayoritariamente buscando empleo.

Pero la formación no se traduce después en una inserción laboral estable. Según el estudio, el 30,9% de la población joven tiene contratos temporales y el 13,4% trabaja sin firmar ningún tipo de contrato, de forma que sólo el 40% tiene contrato indefinido. A este dato hay que añadir que más del 55% de los encuestados declaran que los estudios realizados "no sirven" para la ocupación laboral que están desarrollando y más del 40% no se sienten "nada satisfechos" con su vida laboral.

Según el concejal de Juventud, Xavier Florensa, los resultados de la encuesta revelan que los jóvenes "priorizan los aspectos relacionados con la emancipación, como los estudios, el trabajo y la vivienda", y que esta circunstancia "provoca el refuerzo de los valores de su entorno más próximo, como la familia, los amigos o la pareja".

Ante un futuro poco halagüeño e impredecible -el 76,9% califica a la propia juventud de "desorientada"-, los encuestados mantienen actitudes progresistas, pero manifiestan un rechazo cada vez mayor de la política. Así, el 50,1% se declara de izquierdas, el 12,1% de centro y sólo el 7,4% de derechas, pero no se sienten representados: los partidos políticos son la segunda institución en que más desconfían, sólo superada por la presidencia de Estados Unidos. Y más del 63% dice que la política le interesa "poco o nada", mientras que una abrumadora mayoría muestra simpatía hacia movimientos o grupos sociales humanitarios, antirracistas, defensores de los derechos humanos y ecologistas. "Debe de ser un desengaño con el sistema", resume Florensa.