Hacienda y el fraude del gasóleo

Hace unos días los inspectores de la Agencia Tributaría ¿denunciaban? lo que la mayoría de los asalariados saben desde hace muchos años, que Hacienda perseguía a los realmente controlados, o sea, a los que cobran mediante nóminas, del resto es cuestión de suerte.

Pues bien, esto se puede aplicar a lo que en su día -y ahora en Granada- se denominó el fraude de los hidrocarburos, o también "la cisterna del millón" por eso de que dicha cantidad era lo que se sacaba de beneficios por cada cisterna colocada. En su momento -mediados de los noventa- el montante de este fraude llegó a cuantificarse en miles de millones de pesetas.

El fraude consistía básicamente en la introducción de hidrocarburos en España sin hacer la declaración correspondiente ante Hacienda y "colocarlo" en depósitos privados -fundamentalmente en el ámbito rural- así como mezclándolo en gasolineras con los legalmente declarados y controlados.

Esta situación la denuncié como Secretario General de CGT-A en su día ante los juzgados de Sevilla y también lo puse en conocimiento de la Agencia Tributaria y del Ministerio de Industria. Se celebraron algunos encuentros con representantes de las más importantes compañías petroleras, pero en ningún momento se recibió mensaje alguno por parte del que ahora puede obtener 6,5 millones de euros, o sea, Hacienda.

Mientras esto ocurría las investigaciones llevaban otros derroteros: había que "deshacerse de los verdaderos mensajeros", los trabajadores que veían el alcance y peligro de dichas prácticas para sus puestos de trabajo, ya que con el silencio se estaban convirtiendo en los "cómplices" necesarios. Los resultados fueron brillantes: se les despidió a casi todos sin el más mínimo reparo y bajo los argumentos más peregrinos o difamante

Ahora, la Agencia Tributaria se puede embolsar una cantidad muy importante que tiene su origen en una denuncia ajena (y no como consecuencia de una investigación propia) que provocó no pocos problemas personales y laborales a los denunciantes. Ante ello solo cabe una actitud: iniciar un proceso de reclamación judicial de una parte de esa cantidad. Aunque realmente lo que se debía esperar es que Hacienda se "retrate", sin más, con aquellos ciudadanos y organizaciones que supieron estar a la altura de lo que Hacienda espera de todos, o sea, contribuir, pero pagando.