Las escuelas oficiales de idiomas

Las escuelas oficiales de idiomas (EOI) nacieron como una necesidad pública, y su acogida fue clamorosamente popular: aún hoy día se cuentan por miles los alumnos que confían en estas escuelas por su bien hacer y su eficaz y práctica enseñanza.

Para su ingreso se requiere el bachiller y para la obtención del certificado final se han de estudiar cinco cursos dedicados a adquirir el conocimiento de una lengua y literatura extranjera hablada y escrita. Sin embargo, estos estudios de una escuela "oficial" no tienen ningún reconocimiento académico. ¿Por qué? Veamos.

Nacieron como una alternativa a la universidad, porque la universidad no tenía ni era capaz de dar una enseñanza práctica y de buen nivel académico en idiomas; y claro está, las mentes preclaras, los doctores, no podían permitir que algo que ellos no habían pensado les hiciera la competencia. Salieron, más tarde, las licenciaturas en Filología, las de Intérpretes y Traducciones, con todo el reconocimiento académico que ello conlleva. Pero las escuelas oficiales de idiomas siguieron siendo más populares; no quito mérito a las licenciaturas, pero quizá de haber tomado como base las escuelas oficiales de idiomas las licenciaturas hubieran tenido más éxito y, sobre todo, serían mucho más prácticas en su contenido.

El pueblo que es muy sabio sigue manteniendo a las EOI con su asistencia masiva. Después de tantos años de existencia y buen hacer, ¿no va siendo hora de que se le reconozca un nivel académico a efectos de que esos estudios tengan una posible aplicación en el mundo laboral?

El equivalente a una diplomatura es poco, pero es algo y es lo mínimo que se merecen los que cursaron estos estudios durante cinco años; el reconocimiento de equivalencia a una licenciatura, a efectos laborales, sería lo justo pero el Consejo de Universidad no lo permitirá.

Otra posible salida sería su integración en una universidad, por ejemplo la UNED, como una de las licenciaturas del nuevo plan de estudios de cuatro años.

Es necesaria una solución para que se reconozcan los méritos de las EOI y de los muchísimos alumnos que en ellas cursaron sus estudios.

Quizás ahora que los políticos están en época de "rebajas" presten oído a este colectivo de profesores y alumnos olvidados y maltratados.