Blair asegura que opta a un tercer mandato como primer ministro
El primer ministro británico, Tony Blair, afirmó ayer en una entrevista en el dominical News of The World que piensa optar a un tercer mandato, a pesar de las dificultades de todo tipo que ha vivido en los últimos meses.
La noticia no es que Blair quiera seguir, sino que se vea en la necesidad de aclararlo, dados los persistentes rumores de que dejará Downing Street antes de las elecciones, que en circunstancias normales se celebrarán en mayo de 2005.
El rumor de moda es que Blair dejará el cargo en septiembre, coincidiendo con el 50 cumpleaños de su esposa, Cherie. "La sola noción de que uno es capaz de tomar una decisión como esa en función del cumpleaños de Cherie es una de las sugerencias más sorprendentes que he oído nunca", ironizó ayer el primer ministro. "He dejado muy claro que esa es una decisión que tomará el pueblo británico en las próximas elecciones. Son ellos los que deciden", sentenció, dejando meridianamente claro que optará a un tercer mandato como líder laborista.
Prácticamente desde que llegó a Downing Street en 1997 se ha especulado con la posibilidad de que Tony Blair sea sustituido antes o después por el actual ministro del Tesoro y número dos del Gobierno, de acuerdo con un pacto de sangre que habrían suscrito en 1994, cuando Brown aceptó que Blair optara a liderar el partido tras la repentina muerte del entonces líder, John Smith. Un pacto que, según el rumor, ambos habrían renovado a finales del año pasado en un intento de acabar con sus diferencias y unir al partido y el Gobierno ante el deterioro de la situación política por la crisis de Irak.
Más agentes para el MI5
Según la debilidad o fortaleza aparente de Blair los rumores sitúan su dimisión antes de las próximas elecciones o a mitad de la próxima legislatura si, como se espera, el laborismo consigue su tercer mandato consecutivo. Pero el primer ministro quiso dejar claro que piensa seguir y que además está disfrutando del cargo, a pesar de las revueltas de su grupo parlamentario, sus problemas para llevar adelante las reformas internas, las dificultades para plasmar la supuesta mejora de los servicios públicos y los quebraderos de cabeza de todo tipo, internos y externos, que le ha provocado su ciego apoyo al presidente George W. Bush en Irak. "A pesar de todas las dificultades, creo honestamente que es un privilegio inmenso estar en una posición de poder en el mundo del post 11 de septiembre", dijo.
Un mundo tan revuelto que ha obligado al Gobierno británico a reforzar de manera espectacular sus servicios de inteligencia. El viceprimer ministro, John Prescott, anunció ayer que el MI5 aumentará sus efectivos en un 50% para contratar 1.000 nuevos agentes. El objetivo es sobre todo aumentar las dotaciones de espías que hablen árabe para infiltrarse en Al Qaeda.
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