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El riesgo de un éxodo haitiano alarma al régimen dominicano

La frontera haitiano-dominicana amaneció ayer alterada por los tiros de los rebeldes que quieren derrocar al presidente haitiano, Jean-Bertrand Aristide. El jueves tomaron la localidad norteña de Juana Méndez, a escasos kilómetros de la frontera con Dajabón, en el noroeste dominicano, y ayer consiguieron controlar con sus armas los maltrechos locales de la aduana. Los soldados dominicanos se limitaron a mostrar sus fusiles al otro lado de la tierra de nadie.

La estrategia de los rebeldes haitianos parece clara. La ruta hacia Puerto Príncipe no les conviene por ahora. Conduciría a un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con los policías que están al servicio del Gobierno y que, según creen los expertos, tienen capacidad de resistencia. El mandatario haitiano reconoció ayer que no podía por sí solo "frenar ni desarmar a la rebelión", y solicitó la presencia de una fuerza multinacional que plante cara a los insurgentes.

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Los esfuerzos de los rebeldes haitianos -encabezados por Buteur Metayer, Guy Phillipe y T-Wil, entre otros dirigentes del Frente Nacional de Resistencia para la Liberación de Haití- se han centrado hasta el momento en bloquear carreteras comerciales y en tomar el control de ciudades por las que entran las mercancías a Haití.

Si la estrategia funciona, Haití se aboca a una crisis humanitaria que preocupa sobre todo a la República Dominicana, que teme un éxodo masivo de haitianos hacia su territorio. La situación vivida en los primeros años de la década de los noventa está volviendo a la mente de los dominicanos. Por la frontera cruzaron entonces miles de haitianos y la vida se tornó caótica. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) tuvo que tomar cartas en el asunto y sólo con la intervención de una fuerza internacional se logró cierta estabilidad.

Oposición a los refugiados

Ahora se quiere evitar todo aquello. El Senado dominicano ya ha emitido una resolución en la que muestra su oposición a que el país acoja a refugiados haitianos. En parecidos términos se expresó Leonel Fernández, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, favorito para ganar los comicios de mayo. "Creo que no es conveniente", dijo Fernández. La crisis política y económica que vive la nación que preside el socialdemócrata Hipólito Mejía ha cedido espacio a la revuelta en el país vecino.

Con el discurso del Senado y de Leonel Fernández coinciden otros políticos y también diversos sectores de la vida dominicana. El país no parece dispuesto a cargar con el lastre haitiano y sus líderes piensan que sólo con un esfuerzo solidario de la comunidad internacional podría afrontarse el principal problema que tiene la región caribeña.

Por ahora la situación está controlada. Diariamente, por la frontera de Dajabón, en el norte, cientos de haitianos cruzan el Masacre, río que separa a Haití y República Dominicana en la zona noroeste.

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