Detenido un grupo mafioso que ametralló a dos rivales en Madrid

La Guardia Civil ha desarticulado en la Costa del Sol un grupo mafioso al que adjudica el asesinato en Madrid de dos ladrones de coches de una banda rival y el secuestro de un autobús con pasajeros en Loja (Granada) para robar hachís. Los detenidos, cinco búlgaros y una rumana armados hasta los dientes, abarcaban todo el espectro delictivo: robos, secuestros, asesinatos, falsificación, tráfico de armas, butrones...

La operación Cenachero (nombre de una escultura de bronce dedicada a un vendedor de pescado de Málaga) comenzó a fraguarse a mediados de 2002. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil estaba investigando a una banda búlgara que robaba en España coches de lujo (sólo en Madrid se roba un automóvil cada 20 minutos) y los revendía en países del Este de Europa.

La investigación sufrió un vuelco el 26 de febrero de 2003: dos ladrones de coches de lujo eran asesinados con varias ráfagas de ametralladora por otros dos individuos en la calle del Jazmín, en Madrid. La policía comprobó que los dos fallecidos, que portaban documentación eslovena falsa, eran de nacionalidad búlgara. Los asesinados supuestamente habían matado en agosto de 2002 al dueño de un coche que habían robado, pero el cadáver nunca fue hallado, aunque el vehículo sí: lleno de sangre y con barios balazos en el interior.

El fusil del crimen

Los dos acribillados pretendían supuestamente tomar el control del negocio de la banda de los búlgaros ahora desarticulada. Los detenidos en la Costa del Sol pincharon una rueda del Jeep Cherokee de la banda rival y cuando se pararon a arreglarlo, los acribillaron a balazos. "Vaciaron tres cargadores sobre ellos", explicaron fuentes del caso. Un portavoz de la UCO afirmó que un fusil de asalto kaláshnikov incautado al grupo es "con toda probabilidad" el arma del doble crimen.

Los investigadores están convencidos de que el autor del ametrallamiento fue Konstantin D. R., de 33 años, supuesto jefe de la banda. Éste había diseñado un complejo sistema de funcionamiento, similar al de las células terroristas. El cerebro del grupo montaba la infraestructura para sus socios, quienes desconocían el paradero de sus compañeros y el lugar en el que se encontraban las armas. Cada uno recibía instrucciones concretas, pero ignoraba las que se les habían impartido a sus compañeros. Sólo el jefe conocía la totalidad del plan y la infraestructura.

El doble crimen obligó a la banda a abandonar Madrid y a instalarse en la Costa del Sol, donde abrió su abanico delictivo. Al robo de vehículos y asesinato añadieron falsificación de documentos, tráfico de armas, atracos a establecimientos mediante butrones y el robo de droga a bandas rivales. La Guardia Civil les considera autores del secuestro de un autobús de pasajeros, perpetrado el 10 de agosto en Loja (Granda), con la intención de robar un supuesto alijo de hachís.

Dos de los miembros de la banda, vestidos con petos de la policía, subieron al autocar -de dos plantas con matrícula belga, de la empresa Hijra Tour-, que transportaba a 40 magrebíes en tránsito por España. La banda se llevó el autobús con 13 pasajeros (los otros 27 tomaban café en un bar de la llamada cuesta de La Palma) hasta Benalmádena, donde obligó a bajarse a los retenidos. El autobús fue localizado tres días después calcinado junto a la N-331, en Málaga.

Un minuto de asalto

La banda de Konstantin fue localizada la semana pasada en sendos chalés de Fuengirola y Marbella. Tras someterlos a vigilancia, la Guardia Civil encargó a la Unidad Especial de Intervención (UEI) -el grupo de élite del cuerpo para asaltos o liberación de rehenes- debido a la "extrema peligrosidad y violencia" del grupo. En apenas un minuto del martes pasado estaban reducidos y esposados el citado Konstantin, y sus compañeros I. I. N, de 44 años; I. I. P, de 32; I. N. N., de 25; S. S. S., de 31, y la ciudadana rumana S. V. V., de 26 años.