Cinco artistas trazan el camino de la pintura portuguesa a la modernidad
Una exposición muestra en Barcelona cómo el arte luso se abrió a Europa en la dictadura
El presidente de Portugal, Jorge Sampaio, ha inaugurado esta semana en La Pedrera de Barcelona Cinco pintores de la modernidad portuguesa (1911-1965), una exposición que refleja cómo los artistas lusos conectaron con Europa a pesar de que el país vivió aislado durante buena parte del siglo XX debido a la dictadura militar. Cincuenta y una piezas de cinco pintores "de frontera"-Amadeo de Souza, Almada Negreiros, Vieira da Silva, Joaquim Rodrigo y Paula Rego- muestran los caminos de la pintura portuguesa hacia la universalidad.
Portugal proclamó la república en 1910; en 1926 comenzó la dictadura militar, que se alargó hasta 1974. Mientras Europa pasaba por dos guerras mundiales y se consolidaba un nuevo orden, los portugueses vivían enclaustrados, soñando con un gran pasado colonial que en aquellos días terminaba de derrumbarse. La exposición, que se inauguró el pasado lunes, refleja la obra que ante ese panorama realizaron "cinco pintores de la frontera, cinco artistas que se formaron fuera y dentro de Portugal, que intentaron responder al universalismo, pero también aportando algo propio", como señaló Pedro Lapa, director del Museo del Chiado y comisario de la exposición.
Pedro Lapa precisó que la exposición no pretende mostrar una evolución cronológica del arte portugués entre 1911 y 1965, sino ofrecer casos muy particulares, los de aquellos que caminaron contra la corriente dominante. Los cinco artistas seleccionados se presentan descontextualizados, sin un nexo claro entre ellos, y solamente se ofrecen piezas referentes a momentos muy determinados de su pintura.
Amadeo de Souza (1887- 1918) abre el recorrido por la exposición con una selección de la pintura que realizó entre 1911 y 1917. Se posibilita el contraste entre los cuadros pintados en su etapa en París -donde expone junto a su amigo Modigliani y entra en contacto con el cubismo y la abstracción- hasta la última obra hecha en el norte portugués, zona en la que se refugió en la I Guerra Mundial y en la que plasma "la memoria de la modernidad", dijo Lapa.
José de Almada Negreiros (1893-1970) fue su compañero de generación. De este polifacético artista (fue pintor, dibujante, escritor, publicista y bailarín, entre otras cosas) se seleccionan piezas inspiradas en un cosmopolitismo elegante y bohemio, como Autorretrato en grupo (Café A Braisileira del Chiado) (1925) y Retrato de Fernando Pessoa (1954). La exhibición incluye también una serie de autorretratos realizados entre 1919 y 1948 en los que refleja su evolución pictórica.
Maria Elena Vieira da Silva (1908-1992), considerada una de las creadoras de la Segunda Escuela de París, se presenta a través de sus óleos centrados en el estudio de las formas y los dedicados a la angustia por la guerra. En estos últimos, realizados durante su estancia en Brasil (entre 1940 y 1947), muestra la dualidad entre figuración y abstracción. De Joaquim Rodrigo (1912-1997), la exposición recoge casi exclusivamente cuadros dedicados a la pérdida de las colonias, realizados entre 1961 y 1964. Son pinturas que reflejan la tensión entre dominados y dominadores a través de los ideogramas. Paula Rego (1935) presenta en Barcelona su obra de la década de 1960, en la que recurre al dibujo, el collage, el recorte y la mancha cromática para reflejar la delirante situación que atravesaba el país. Entre los cuadros expuestos se encuentra Los perros de Barcelona (1965), una estampa sobre los excluidos en las dictaduras. Paralelamente a esta exposición, la Fundación Caixa Catalunya y el Instituto Camões organizan estos días Portugal, Festival de las Artes y Letras.
Babelia
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