CiU se ofrece al presidente de la Generalitat y culpa al líder de ERC de la crisis política
"Haremos todo lo que esté en nuestra mano para salir deprisa de este pozo". Con estas palabras, Artur Mas ofreció ayer a Pasqual Maragall la "plena y leal" colaboración de Convergència i Unió (CiU) para encontrar una "salida" de consenso entre todos los partidos a la "grave" crisis política desatada en Cataluña tras el anuncio de tregua por parte de ETA en esta comunidad. La oferta de los nacionalistas topó con el rechazo de Maragall, que se parapetó en la mayoría parlamentaria de la que goza el tripartito y sólo reclamó de CiU su implicación en la firma de un nuevo pacto antiterrorista.
Los nacionalistas de CiU entienden que la situación política que vive Cataluña es consecuencia de la "irresponsabilidad" de la entrevista de Josep Lluís Carod Rovira con la cúpula de ETA. Pero Josep Antoni Duran Lleida, secretario general de la federación, auguró "secuelas peores". Para frenarlas, CiU tan solo ve una solución: un acuerdo entre los partidos "sin exclusión" para dar "estabilidad, seguridad y buenas perspectivas de futuro a Cataluña".
Pujol: "Los problemas de Cataluña los hemos de resolver los catalanes"
Así se lo repitió el candidato nacionalista a Maragall en la sesión de control al Gobierno, pero al tiempo le advirtió de que rechace cualquier presión por parte del PP o del PSOE y que, por tanto, cualquier decisión sobre la crisis se tome en Cataluña. Es decir, que no haya injerencias como cuando se decidió la salida de Carod del Gobierno. "Los problemas de Cataluña los debemos resolver los catalanes", abundó Jordi Pujol.
Mas no encontró en Maragall la complicidad esperada. El presidente sólo reclamó de CiU que se sume a un nuevo pacto antiterrorista. Artur Mas no rechazó la petición -Duran ya había anunciado su voluntad de reunirse con las formaciones del Pacto de Madrid- pero le recordó que fueron justamente PP y PSOE los que "excluyeron" a CiU del anterior acuerdo antiterrorista.
Pero los dirigentes nacionalistas no concretaron cómo se traduce en la práctica su ayuda al tripartito. Mas se limitó a señalar que "CiU no quiere cargos", lo que descarta, en principio, un pacto de gobierno. De momento, la cúpula del partido se mostrará expectante y ha pedido un pleno extraordinario. Sus dirigentes creen que no es el momento de forzar a Maragall a tomar decisiones precipitadas. No obstante, sostienen que la situación es "insostenible" y que el Gobierno catalán "no va a durar ni dos días", según opinó un alto dirigente de CiU. Pujol alertó del riesgo de crear una fractura social y de la "espiral peligrosa" en que se encuentra Cataluña.
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