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El vicepresidente del Parlamento iraní pide el fin del régimen islámico

Reza Jatamí tacha de "farsa" las elecciones legislativas del próximo viernes

Reza Jatamí, vicepresidente del Parlamento iraní y líder del principal partido reformista, criticó ayer duramente la situación de crisis política "tanto interna como externa" en que se encuentra inmerso el país desde que el Consejo de Guardianes decidió descalificar a más de 2.000 candidatos reformistas a las elecciones generales del viernes.

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Al ser abordado por EL PAÍS en el Parlamento, Jatamí contestó con un "sí" a la pregunta de si después de 25 años de república islámica había llegado el momento de tener un Gobierno de civiles sin clérigos. Reza, hermano menor del presidente iraní, Mohamed Jatamí, y uno de los 80 diputados descalificados, sostiene que la enorme abstención que se prevé "deslegitimará" la nueva Cámara.

Reza Jatamí podría enfrentarse a la cárcel tras está declaración contra el régimen islámico. Sobre algunos de sus colegas, como Haqiqat-Jou, una de las 13 mujeres que ocupan uno de los 290 escaños de la Cámara, ya pesa una sentencia de 20 meses de cárcel por "malinterpretar" las palabras del fallecido ayatolá Jomeini e insultar al Consejo de Guardianes, órgano máximo del poder de la República, en el que se sientan seis ayatolás y seis juristas.

A pesar de que las elecciones se realizarán dentro de tres días, el actual Parlamento seguirá en activo hasta el 26 de mayo y su presidente, el reformista Mehdí Karrubi, se ha negado a aceptar las dimisiones que le han presentado los 80 diputados descalificados y otros 40 más por solidaridad. Según Karrubi, esa masiva dimisión privaría a la Cámara de los dos tercios necesarios en debates importantes. Está prevista una segunda vuelta electoral, cuya fecha aún no se ha determinado, para los diputados que hayan obtenido menos de un 25% de los votos emitidos.

Según Jatamí, las elecciones son "ilegales e injustas", una "farsa sin libertad, sin competición y sin limpieza". Pese a ello, defendió la actitud de su hermano de no dimitir como jefe de Estado. "Lo que le pido es que sea más fuerte frente al nuevo Parlamento conservador", añadió. Prácticamente todo el mundo da por sentado que la abstención dejará la nueva Cámara bajo el control de los conservadores.

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Jatamí parece muy confiado en el futuro, y al preguntarle si no temía ir a la cárcel, contestó que el régimen "soporta ya demasiadas tensiones como para aumentarlas". "No podrán oponerse a los deseos de la mayoría de la población, entre la que también se incluyen las milicias", añadió para matizar: "Pueden llenar las prisiones pero la reforma no terminará".

Jatamí rechazó las acusaciones de los conservadores de que el Parlamento no ha conseguido nada e indicó que uno de los mayores logros es haber mostrado a la población que tiene el poder de cambiar el Gobierno. "Se ha formado una sociedad civil fuerte y eso es lo importante. Ahora, al quedarnos fuera del poder, volveremos a luchar como hicimos hace siete años [fecha en que llegó a la presidencia Mohamed Jatamí], entonces sólo teníamos un periódico", destacó.

El vicepresidente indicó que los iraníes llevan ahora "la democracia dentro y por ello el país no puede caminar hacia la dictadura". Líder del Frente de Participación Islámica, que ha pedido el boicoteo de las elecciones, afirmó, sin embargo, que la misión de su hermano, como presidente, es hacer un llamamiento al voto, pero se mostró confiado en el triunfo de la abstención. Reza Jatamí vaticinó que en la ciudades, empezando por Teherán, no acudirá a votar el 80% de los electores, con lo que los conservadores quedarán "deslegitimados". En el campo, "debido a que es una sociedad con connotaciones tribales", calculó que la abstención podría ser del 50%.

La premio Nobel de la Paz Shirín Ebadí también manifestó ayer que no acudirá a votar. La abogada de derechos humanos insistió en la necesidad de que las elecciones sean "libres y democráticas", pero se abstuvo de arremeter contra el régimen.

Desinterés de la gente

En Teherán se palpa el desinterés de la gente por lo que digan o hagan los políticos. El ambiente es frío y una continua agua-nieve cae sobre la capital, mientras sus 12 millones de habitantes, agotados por una economía que no funciona y unas insuficientes libertades civiles, han vuelto la espalda a la campaña electoral. Lejos está aquel entusiasmo de 2000 que llevó a los bancos del Parlamento a una mayoría absoluta de reformistas. Entonces salió a votar el 83% del país.

Ahora sólo hay desilusión frente a unos reformistas que se han dejado atar de pies y manos por el régimen. Alí Naraguí, un rico empresario que estudió Farmacia y Empresariales en Madrid, asegura que "la mayoría de los iraníes no se dio cuenta de que Mohamed Jatamí es un clérigo y, por tanto, él es el régimen". Su hermano lo dijo muy claro ayer: "El presidente nunca dimitirá, ni hará nada que pueda dañar al régimen islámico". Quienes piden la dimisión del jefe del Estado son muchos de los compañeros de filas de los hermanos Jatamí, que han saltado del reformismo al radicalismo y saben perfectamente que la dimisión del jefe del Estado tendría un efecto en cadena que supondría la desintegración del régimen. "Eso", dice Naraguí, "no lo quiere de ningún modo el presidente".

Reza Jatamí sostiene que mantiene "los mismos ideales y principios que su hermano". "Lo que tenemos distinto son las tácticas para conseguirlos", afirma este político, que considera que, pese a la actual crisis, "a Irán le aguarda un futuro brillante".

Reza Jatamí, en Teherán en 2000.
Reza Jatamí, en Teherán en 2000.ASSOCIATED PRESS

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