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Entrevista:RICARDO SÁNCHEZ | Comandante en jefe de las tropas en Irak

"La captura de Sadam nos ha ayudado a ver cómo operaban sus seguidores"

Ángeles Espinosa

El general Ricardo Sánchez es el hombre más poderoso de Irak, pero sus modales son sencillos y cordiales. Tal vez sea la huella de unos orígenes modestos en Río Grande (Tejas, EE UU). El hispano que más alto ha llegado en el Ejército de EE UU está a punto de cumplir su misión como comandante en jefe de las Fuerzas de la Coalición en Irak. "Mi unidad ya hace unos días que se ha ido, así que yo me he quedado rezagado", comenta. Aunque no quiere especular con su destino inmediato, tampoco desmiente que podría ser el máximo responsable del área estratégica en el nuevo organigrama militar que su Gobierno prepara para después del traspaso de poder. Mientras se desvela esa incógnita, Sánchez, de 52 años, repasa en esta entrevista con EL PAÍS, realizada en castellano, la situación en Irak.

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Pregunta. Acaban de producirse tres graves ataques contra las fuerzas de seguridad iraquíes. ¿Considera usted que están preparadas para relevarles?

Respuesta. Nos hemos concentrado en aumentar la capacidad de las fuerzas iraquíes para que puedan asumir la responsabilidad de mantener la ley y el orden. En este momento, eso todavía no es posible. Seguimos aumentado la capacidad de esas fuerzas en número y en entrenamiento. Cuando alcancen el nivel es cuando les daremos la responsabilidad. Los ataques de la última semana son parte de una estrategia con la que el enemigo intenta separar a la coalición de los iraquíes, y específicamente, para mermar el apoyo con el que cuentan las fuerzas de seguridad iraquíes.

P. Habla de una estrategia. ¿Opina que son de la misma naturaleza el ataque de Faluya y los realizados con coche bomba en Al Iskandariya y Bagdad?

R. No, probablemente sean diferentes, pero todavía no tenemos la suficiente información. Probablemente, el ataque de Faluya ha sido obra de elementos de las fuerzas que apoyan a Sadam y los otros dos fueron terroristas.

P. ¿En qué tiempo estima usted que las fuerzas de seguridad locales estarán listas para asumir su trabajo en solitario?

R. Eso va a variar según las zonas. Hay algunos sitios, como Basora o Suleimaniya, que están bajo control de las fuerzas de seguridad iraquíes. Aquí, en Bagdad, hasta cierto nivel, también están llevando a cabo operaciones con gran éxito. El problema es que todo eso varía dependiendo de la localidad donde se encuentre uno.

P. Hace unos días, el general Mark Hertling anunció que con la llegada de las nuevas tropas reducirían su presencia en la capital. ¿Cuándo entregarán el relevo a los iraquíes en Bagdad?

R. Lo que hemos estado haciendo es identificar las localidades donde se van a concentrar las fuerzas de la coalición a las afueras de Bagdad. Mantenemos la coordinación necesaria para seguir aumentando la capacidad de las fuerzas iraquíes y, cuando se requiera, mandarles fuerzas de reacción rápida que les ayuden si tienen algún problema que les impida cumplir su misión. Eso se va a mantener, al menos, durante el próximo año. Vamos a seguir patrullando dentro de las ciudades, seguiremos con el entrenamiento y la coordinación con las fuerzas iraquíes. Eso no va a cambiar. Lo único que está cambiando es que les damos una poquita más de responsabilidad, a la policía y al cuerpo de defensa civil, y empiezan a operar con más libertad, pero siempre los tres batallones del Ejército y la guardia civil operan bajo el control táctico de las fuerzas de la coalición. No es cosa de que estemos yéndonos de las ciudades y dejándoles solos. Se mantiene el control táctico.

P. Un reciente informe confidencial de la CPA asegura que los ataques se están incrementando, pero los portavoces de EE UU insisten en que ha mejorado la seguridad. ¿Quién se equivoca?

R. Si uno compara los datos del periodo octubre-noviembre del año pasado con lo que ha ocurrido en los últimos 30-45 días, hay una reducción del 50% en el número de ataques significativos que se han llevado a cabo en contra de las fuerzas iraquíes y las fuerzas de la coalición. Y también en contra de civiles. Lo que sí ha cambiado ha sido el efecto de esos ataques. Han tenido un gran éxito en causar bajas iraquíes en un tiempo muy breve. Han logrado un gran efecto. Ése ha sido su éxito. En contra de la gente.

P. Hace un año ustedes estaban preparando la guerra y el resto nos preguntábamos qué iba a pasar. ¿Contaban con que tendrían más bajas durante la posguerra que durante la campaña?

R. Cuando se planea una operación de esta envergadura, uno espera que va a tener bastantes bajas. Esperábamos combates de alta intensidad y cierto tiempo de combates de baja intensidad. Ahora bien, el tiempo que iban a durar estos últimos, sí que es diferente de lo que planeamos.

P. ¿Más largo?

R. Sí, ha sido más largo. Pero hemos estado preparados para adaptarnos a ese tipo de guerra y el éxito que hemos tenido es indicativo.

P. ¿Tiene el Ejército la capacidad de reducir las bajas por sí solo o se requiere la ayuda de los políticos?

R. En estas guerras la solución necesita no sólo acciones militares, sino que tiene un componente de economía y de política.

P. Se acusa a sus tropas de responder a discreción, sin prestar atención a la población. ¿Cómo pueden evitar esa percepción?

R. Esa percepción ha existido. Estamos intentando ver si cooperando con las fuerzas iraquíes y con la población se pueden llevar a cabo operaciones más precisas, contando con la información confidencial, para no afectar a gente que no está implicada. En caso de que haya una denuncia, la investigamos y tratamos de corregir el error que haya podido existir.

P. ¿Qué beneficios ha tenido la captura de Sadam más allá del golpe propagandístico?

R. El beneficio ha sido que los iraquíes han reconocido que el régimen de Sadam nunca regresará y eso ha aumentado la cooperación. También nos ha ayudado a entender cómo y dónde se estaban llevando a cabo operaciones de parte de los que apoyaban a Sadam. Eso también ha mejorado y nos ha dado éxitos.

P. Cuando menciona el apoyo a Sadam, viene a la mente el triángulo suní. ¿Es muy diferente el trabajo de sus tropas en esa zona?

R. Sí. El 90%-95% de todos los ataques han ocurrido en ese triángulo. También de vez en cuando hemos tenido problemas en Mosul. Pero al sur, debajo de una línea imaginaria a 40 kilómetros al sur de Bagdad, la mayoría de los problemas que encontramos son de naturaleza criminal.

P. EE UU asegura que su presencia militar en Irak dependerá de la decisión del futuro Gobierno, pero hay pistas que indican que ustedes han planificado permanecer aquí para bastante tiempo. ¿Hasta cuándo calcula que Irak necesitará a los soldados norteamericanos en su territorio?

R. Es difícil. Lo que le diría es que tiene que considerarse en años, no en meses. Pero fíjese, los iraquíes nos dicen que no nos quieren aquí, pero tampoco quieren que nos vayamos. Es muy complicado.

El general Ricardo Sánchez, durante una rueda de prensa en Bagdad.
El general Ricardo Sánchez, durante una rueda de prensa en Bagdad.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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