"Dialogaremos con todos, incluido el PP si no tiene mayoría"

Las urnas van a medir por primera vez el impacto electoral del abandono de Xosé Manuel Beiras como cabeza visible del Bloque Nacionalista Galego (BNG). Pero en la cita del 14-M, el cartel del BNG no será su nuevo líder, Anxo Quintana, sino un veterano, Francisco Rodríguez, al que se atribuye una mayor influencia en la organización de los nacionalistas gallegos. El BNG aspira, como mínimo, a mantener sus tres diputados.

Pregunta. Tras la designación de nuevo líder y algunos resultados insatisfactorios, ésta es una cita crucial para el BNG.

Respuesta. En las municipales seguimos avanzando. Tenemos una base estructural y una conciencia social muy asentadas. El 65% del electorado gallego consideraría positivo que lográsemos un grupo parlamentario. Además, la sociedad ha percibido que hemos hecho transformaciones orgánicas, que no son fáciles en ninguna fuerza política, con un grado de naturalidad admirable.

P. Con el cambio de líder hay un nuevo mensaje, menos ideológico, como más amable.

R. Nuestro programa es claramente nacionalista y sin ambigüedades en política social, internacional o en cuestiones de libertades. Puede que haya un discurso más centrado en la defensa de los intereses de Galicia, más didáctico y más concreto.

P. Da la impresión de que han reforzado el mensaje nacionalista al tiempo que difuminan su perfil de izquierdas.

R. En Galicia es muy difícil hacer una política de izquierdas sin ser nacionalista, o al menos siendo antinacionalista, por los intereses materiales que defiende el nacionalismo. De ahí que nos vote gente que no se declara nacionalista. Intentamos se perciba que nuestro principal problema es la falta de peso político de Galicia.

P. En caso de que no haya mayoría absoluta, sólo podrían pactar con el PSOE.

R. Por programa y por la experiencia de los últimos años, sería poco menos que imposible apoyar la investidura de un candidato del PP. Tampoco es que nos sintamos muy interpelados por el PSOE, que renuncia a levantar una mayoría alternativa. Si el PSOE fuese la fuerza más votada, nos limitaríamos a escuchar y obraríamos en consecuencia. Queremos practicar el diálogo con todo el mundo, incluido el PP si forma un Gobierno sin mayoría absoluta y está dispuesto a hablar de temas que afecten a los intereses de Galicia, que corrijan la involución democrática, la política internacional... Pretendemos romper la cultura bipartidista y poner en valor el pluralismo político del Estado.

P. En su relación con el PSOE tienen muchas heridas abiertas tras la ruptura del gobierno de coalición en Vigo.

R. En el caso de Vigo había un problema de fondo. Nunca vamos a aceptar que en nuestro país se hagan ensayos para reproducir más atomización y más españolización. Y que eso conlleve la visión del nacionalismo gallego como un simple cayado en el que apoyarse. Tiene que haber un respeto mutuo y una aceptación de que en Galicia somos fuerzas que estamos a la par. No vamos a colaborar con el PSOE a cualquier precio por malísimo que sea el PP. Porque no vamos a elegir entre [Manuel] Fraga y Paco Vázquez.

P. El castigo al PP gallego en las municipales tras el Prestige, estuvo por debajo de las expectativas. Año y medio después, aquel episodio parece descontado en términos electorales.

R. El coste electoral del Prestige fue mayor de lo que se piensa, aunque quedase opacado porque en determinadas zonas el PP logró mantener el tipo. Pero la capacidad de atraer el voto urbano se le deterioró mucho. Este tipo de fenómenos sociales no tiene una traducción electoral directa, requiere tiempo.

P. A la tradicional fortaleza electoral del PP en Galicia se une ahora que su candidato es gallego.

R. La historia demuestra que ningún gallego alcanzó un papel relevante en Madrid por su defensa de los intereses de Galicia. Ése fue también el caso de Fraga.

P. ¿Cree que Rajoy tendría un talante más abierto a los nacionalistas?

R. Rajoy es bastante más presentable que Aznar. Pero están por ver las consecuencias prácticas, cuál será su margen de maniobra para rectificar los despropósitos.

P. ¿Qué les une y qué les separa de los nacionalismos vasco y catalán?.

R. Nos une la voluntad de autogobierno, de soberanía y de presencia de nuestros pueblos en la historia. Nos separa la base socioeconómica y la distinta relación con el Estado.

P. Mientras exista ETA, los nacionalistas tendrán sobre sí una sombra de sospecha.

R. Ésa es la tesis que trabajó a fondo el PP de una manera perversa. Ellos saben perfectamente que estamos a años luz de eso. La lucha contra el terrorismo sirve para instaurar la guerra preventiva. Y eso es puro macartismo.