Cemento e industria
El autor reclama una apuesta autonómica por los sectores económicos característicos antes de que la construcción y el turismo concentren toda la actividad
El presidente de la patronal autonómica Rafael Ferrando documentó con acierto, en la conferencia impartida recientemente en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, la importancia del sector de la construcción en el tirón de la demanda interna, que afortunadamente ha permitido mantener un nivel aceptable en la producción de la economía valenciana y en cierta medida en las cifras de empleo. Por el interés que suscitó su intervención sobre La situación actual de la empresa valenciana desearía añadir aquí unas breves consideraciones a las realizadas en el citado acto, por la lógica limitación del tiempo allí disponible, respecto a los cambios que se observan en los últimos años en la evolución de la economía valenciana.
Desde que en 1970 Ernest Lluch dirigiera la importante obra sobre L'Estructura econòmica del País Valencià resulta como si las cosas hubieran cambiado y de qué forma. Si hoy se redactaran nuevamente aquellas líneas parece que la construcción y un sector de los servicios, el turismo, pasarían a ocupar la mayor parte de las páginas. Por poner también algún argumento ad hominem, los presidentes que encabezan las patronales provinciales de Alicante, Castellón y Valencia proceden de actividades relacionadas con la construcción y el turismo. En cuanto a los sectores industriales que fueron característicos de la economía valenciana en aquellos años como el calzado, que llegó a figurar en el primer lugar de la exportación española, atraviesan hoy graves dificultades como también sucede con el textil, el juguete o el mueble.
Al comenzar el año 2003 la Comunidad Valenciana era, según los datos del Boletín Estadístico del Banco de España, la segunda más endeudada por detrás de Cataluña con una cifra de deuda de 7.167 millones de euros, incluyendo en esta cifra las correspondientes a todas las entidades que se ocupan de la administración general en la comunidad, las universidades de su ámbito, y todos los organismos o empresas dependientes. Cifra que se fue incrementando, reduciéndose ligeramente en el tercer trimestre de ese año.
Pero siendo ello significativo no resultaba lo más importante, pues es más revelador el dato comparado entre la deuda y el producto interior bruto a precios de mercado, elaborado a partir de la cifra oficial de la contabilidad nacional de España que publica el Instituto Nacional de Estadística. En este caso pasamos a ocupar el primer lugar entre todas las comunidades autónomas siendo la única que superaba el 10% (10,4%), seguida por Galicia 8,3% y a continuación Cataluña que alcanza el 7,5%.
Si el nuevo gobierno tripartito catalán se esmera para hacer frente a la situación en la que dice ha encontrado vacías las arcas públicas tras las pasadas elecciones autonómicas, es de suponer que el nuevo gobierno valenciano, siendo del mismo color político que el anterior, no debe decirlo pero sí pensarlo tras las suyas propias. Y es que la situación debe ser tomada en consideración por cuanto los últimos datos de incremento del paro, próximo al 5% en el mes de enero de 2004, y de temporalidad en el empleo, no dejan de confirmar lo que las cifras de la evolución de los sectores industriales valencianos permitían ya presagiar.
Así, la tasa de cobertura de la exportación valenciana figuraba en septiembre del 2003, según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio y Turismo, en el 98,4%, es decir por esta vez, contrariamente a lo habitual, exportábamos menos de lo que importábamos, al haber crecido en el último año las importaciones (18,5%) el doble que las exportaciones (9,3%).
En el ranking por comunidades autónomas, la valenciana mantenía en septiembre de 2003 el segundo lugar con el 11,7% del total español, pero la distancia se había agrandado con respecto a Cataluña, que ocupaba el primer lugar con el 28%, y acortado con respecto a Madrid, que también alcanzaba el 11%. Por cierto cabe señalar que a continuación aparecían próximas otras comunidades como País Vasco 8%, o Andalucía 7,9% y Galicia 7,5%, antes escasamente exportadoras.
En definitiva, que la situación no es para publicitar exageradamente la disminución -necesaria- del elevado porcentaje de deuda que se produjo en el tercer trimestre de 2003, sino para reflexionar con cautela sobre la situación ante la que nos encontramos, contemplar las reducciones en las cifras de exportación principalmente en Alicante y Castellón, y estudiar los sectores afectados para ver de adoptar las medidas necesarias antes de que sea demasiado tarde. Pues quizás haya que insistir, tras los cambios observados, que además de la construcción y el turismo existen otros sectores económicos que continúan siendo característicos de la realidad social valenciana.
Volviendo a las manifestaciones que encabezan estas líneas que en general comparto y en particular suscribo en lo que hacen referencia a los bajos índices alcanzados en investigación más desarrollo y en formación en la industria, lo que ya advertían hace años los estudios realizados por la Fundació Bancaixa sobre capital humano, se hace muy necesaria una decidida apuesta autonómica por los sectores tradicionales de la economía valenciana, contando con los medios financieros todavía disponibles en apoyo de una política industrial propia, cuyos programas precisamente el Impiva presentó el mismo día de la conferencia, y para lo cual contamos con la espléndida red de los institutos tecnológicos y de las universidades.
Alejandro Mañes es licenciado en Ciencias Económicas y Derecho.
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