Nuevas armas contra la hepatitis C en enfermos infectados de sida
Un ensayo en el que participa el hospital General de Valencia eleva las tasas de éxito en la eliminación del virus hepático
La hepatitis C es una de las afecciones víricas más peligrosas que puede padecer el hígado. Por su tendencia a cronificarse, la capacidad del virus de transformarse, de plantar cara a la medicación y a la respuesta inmunológica del cuerpo del paciente, se trata de un enemigo difícil de batir. A ello se suma la ausencia de una vacuna eficaz -no hay remedios que ofrezcan resultados de inmunidad por encima del 30%- o de tratamientos completamente efectivos, lo que subrayan la gravedad de la infección. Por si éstos fueran pocos problemas, las dificultades que plantea la atención a los enfermos de hepatitis C se complica aún más cuando junto a este virus, el paciente está también contagiado por el de inmunodeficiencia humana (VIH), una situación relativamente frecuente. Hasta un 50% de los infectados por el virus del sida tienen el de la hepatitis C circulando por sus venas.
El tratamiento lo financia la Seguridad Social y cuesta 9.000 euros al año
La tasa de éxito en el genotipo más frecuente fue del 29% frente al 10% actual
Estos pacientes, doblemente infectados, son los principales beneficiados de una nueva combinación farmacológica que ha elevado notablemente las tasas de eliminación de la infección de hepatitis, en algunos casos hasta el 60%. Los resultados del ensayo que ha arrojado este resultado se presentaron recientemente en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas celebrada en San Francisco (Estados Unidos). En el trabajo participaron enfermos de varios países, entre ellos una decena de valencianos, un grupo de trabajo coordinado por Enrique Ortega, jefe de la unidad de enfermedades infecciosas del hospital General de Valencia. Ortega comentó a este diario que los 860 pacientes que intervinieron en el estudio se dividieron en tres grupos. A uno les medicaron con interferón y ribavirina, el combinado farmacológico estándar para los pacientes con doble infección. A un segundo se trató con interferón pergilado -con una molécula que permite que permanezca durante más tiempo en sangre y por ello, prolongue su eficacia-; mientras que al tercer grupo se le prescribió esta modalidad de interferón más ribavirina.
Estos últimos productos, comercializados por Roche como Pegasys y Copegus, ofrecieron los mejores resultados a los pacientes coinfectados, de forma que, a los seis meses, desapareció totalmente la presencia del virus de hepatitis C (VHC) en un 62% de los pacientes con genotipo 2 y 3, mientras que entre los enfermos con genotipo1, la especie más frecuente en España -un 55% de los infectados presenta esta variedad- y la más agresiva, la tasa de éxito fue del 29%. Esta cifra a representa un sustancial avance comparado con los porcentajes de entre el 8% y el 10% que arrojaba el tratamiento convencional, y coinvierte al combinado en "la mejor terapia", según Ortega. Además, en los casos en los que no elimina el virus, lo debilita.
El médico valenciano destacó la importancia que supondrá elevar la tasa de pacientes a quienes se podrá eliminar totalmente la presencia del virus de la hepatitis C. Gracias a los avances alcanzados en la lucha contra el sida, se ha logrado elevar de forma notable la esperanza de vida de estos enfermos, en buena medida porque se ha logrado controlar gran parte de las enfermedades oportunistas asociadas a la enfermedad. Esta circunstancia ha desembocado en que las patologías derivadas de la hepatitis C sean la segunda causa de muerte entre los pacientes con inmunodeficiencia adquirida, en buena medida debido a las dificultades de controlar el VHC. El nuevo combinado, como señalaba ayer Ortega, permitirá que una mayor parte de pacientes se libren de este virus y esquiven las cirrosis o las hemorragias en las que degenera. Pero además, aporta otra ventaja: la de poder concentrar todas las fuerzas en combatir el VIH. El hígado es el laboratorio del cuerpo y sobre éste órgano descansa la responsabilidad de realizar las principales funciones enzimáticas del organismo: regular la glucemia, los factores de la coagulación y hormonales. Pero también es la principal puerta de acceso de los fármacos que se ingieren por vía oral y el lugar donde más repercuten. Los medicamentos contra el sida tienen elevada hepatoxicidad, por lo que castigan más a los hígados dañados por la hepatitis, de ahí la importancia de deshacerse de el virus hepático.
El tratamiento debe seguirse durante al menos 12 meses y está financiado por la Seguridad Social, según fuentes de Roche,que corre con el coste aproximado de unos 9.000 euros al año. El presidente de la Fundación Formación e Información sobre tratamientos de sida Peio López, señaló ayer que los resultados de esta investigación supone una "buena noticia" para los pacientes de hepatitis C.
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