La Guardia Civil abre paso a un autobús de Acerinox ante la resistencia de los trabajadores

La Guardia Civil retiró ayer las barricadas que los trabajadores de la planta de Acerinox en San Roque (Cádiz) mantenían desde hace una nueve días a las puertas de la factoría por la huelga en demanda de un nuevo convenio. Los agentes retuvieron a 14 trabajadores. Otros 400 se atrincheraron en el interior de la factoría. Posteriormente, la Guardia Civil facilitó el paso a un autocar en el que viajaban trabajadores que no están acogidos al convenio de la factoría y directivos de la empresa. Los huelguistas respondieron arrojando objetos contra los agentes.

La Guardia Civil tuvo que abrir paso al autobús en medio de un gran charco de sosa cáustica provocado por los trabajadores a la entrada de la fábrica. La entrada del vehículo fue posible con la presencia de unos 200 agentes apoyados por un helicóptero y abundante material antidisturbios. Los huelguistas, refugiados en una nave de la factoría, rompieron con piedras y tornillos las lunas del autocar y agredieron a los agentes con todo tipo de objetos.

Pasadas las 13.00, los directivos de Acerinox y el personal de las oficinas salieron de nuevo escoltados del interior de la fábrica. Su marcha y la de los agentes desplazados permitió que la factoría volviese a una situación de calma. Los trabajadores volvieron a reconstruir las barricadas que fueron retiradas por la Guardia Civil a primera hora de la mañana.

El secretario comarcal de CC OO, Miguel Alberto Díaz, anunció que su organización estudiará la presentación de una demanda por "los destrozos causados en el interior de las naves de la fábrica a causa de la actuación de la Guardia Civil".

"Nos han tratado como asesinos, lo de ahí dentro ha sido una guerra", afirmaron algunos trabajadores tras las cargas policiales. José María Egeda, presidente del comité de empresa, insistió en que "la actuación de la Guardia Civil fue desmesurada". "El aire se volvió irrespirable en la nave a causa de los botes de humo lanzados por los agentes", comentó.

Para hoy está previsto que los 1.700 trabajadores de Acerinox se vuelvan a concentrar en asamblea a las puertas de la fábrica para analizar los últimos acontecimientos.

Pese a los enfrentamientos de ayer, los empleados no descartan que la empresa ofrezca la posibilidad de abrir una nueva vía de diálogo para retomar la negociación del convenio colectivo. Los trabajadores exigen, entre otros puntos, una cuarta paga, una jornada laboral de 35 horas y un mejores condiciones para los planes de jubilación.