Aznar reclama al PP que no salga a "empatar", sino a conseguir su "mejor resultado"
"Si tomamos como referencia un deporte que me gusta mucho, el fútbol, los partidos en los que los equipos con ventaja salen a conservar la ventaja, acaban empatando. Y los que se sale a empatar se acaban perdiendo". José María Aznar, presidente del Gobierno, arrancó con esta frase la mayor ovación de sus correligionarios en la convención con la que el PP aprobó ayer su programa. Y siguió: "El 14 de marzo yo no me conformo con cualquier resultado, con un buen resultado o con uno aceptable. Quiero que tengamos los mejores resultados de la historia del partido".
En las primeras elecciones generales en las que Aznar concurrió como líder popular, en 1989, su partido logró 107 escaños. En 1993 subió hasta 141. Fueron 156 en 1996, y Aznar gobernó con el apoyo de los partidos nacionalistas. Y llegó a 183, mayoría absoluta, en 2000.
"Sacamos una gran mayoría en 2000. Pues quiero más mayoría y podemos aspirar a más mayoría", clamó Aznar en medio de los aplausos de su afición. Mantuvo que depende del PP lograrla. "Y yo quiero que seamos ambiciosos".
"Responsabilidad de todos"
Entre los que le escuchaban estaba Mariano Rajoy, candidato del PP a la presidencia del Gobierno, pero Aznar afirmó que ése es un deber compartido, pues es "responsabilidad de todos" en ese partido "ayudarle a conseguir la mejor victoria para España que haya tenido nunca el PP".
A partir de ahí, los mensajes de Aznar y Rajoy fueron como las imágenes de una misma realidad que dan dos espejos con distinta curvatura. Por ejemplo, Aznar -como después Rajoy-, defendió que el PSOE y Zapatero enarbolan Irak porque no tienen nada más de lo que hablar.
Pero Aznar fue mucho más bronco: "Si ese gran demócrata, dechado de todas las virtudes de la civilización y de la democracia, que sólo asesinaba a centenares de miles de compatriotas, llamado Sadam Husein, siguiese en el poder, como a algunos progres de pacotilla les gustaría, no tendría nada que decir el señor Zapatero en esta campaña electoral y nada que proponer".
Y Aznar, como después Rajoy, alertó de que el PSOE no se ofrece como alternativa de Gobierno sino como aglutinador de una amplia coalición: "Una cosa es hacer experimentos en una comunidad autónoma tan importante como Cataluña, donde socialistas, comunistas e independentistas lo único que pueden presentar es un escándalo por unas conversaciones con ETA y una competición a ver quién coloca más hermanos en una administración, y otra es que eso lo quieran exportar y que sea su ejemplo en España".
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