Un atractivo insuficiente

Latinoamérica está recuperando inversiones extranjeras, pero viene perdiendo la batalla por captar la mayoría de ellas, que se marchan rumbo a Asia. Compañías de Estados Unidos y Europa han profundizado la tendencia de trasladar empleos a países emergentes de menores costes impositivos y laborales, el llamado off-shoring.

Brasil aparece como el refugio más adecuado de la región para recibir a las fábricas norteamericanas y europeas que trasladan su producción

El continente latinoamericano sólo recibirá una quinta parte de las inversiones extranjeras dirigidas a los mercados emergentes

En la región latinoamericana, Brasil aparece como el refugio más adecuado para recibir las fábricas en fuga, pero también debe resolver tareas pendientes que preocupan al inversor. IBM, por ejemplo, planea cambiar 4.700 empleados bien remunerados y de nivel universitario que se desempeñan como programadores en Estados Unidos por otros tantos trabajadores con la misma formación, pero de nóminas menores, en Brasil, India y China. La expectativa de la compañía consiste en ahorrar 134,4 millones de euros anuales a partir de 2006. Brasil, que ha sorprendido al establishment mundial con la política austera del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, captará dos tercios de los 31.040 millones de inversión extranjera directa que arribará este año a Latinoamérica, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IFI), con sede en Washington.

Mejoría económica

La región, que en 2003 atrajo 21.120 millones, se beneficiará por "un mejor entorno económico mundial y una recuperación de la economía brasileña en particular", según el IFI. Sin embargo, recibirá sólo un quinto de las inversiones dirigidas a los mercados emergentes, frente al 40% de 2001.

"El proceso de exportación de empleos tiene muchos años, pero es noticia lo de IBM porque son empleos con valor agregado, tecnología y educación", observa el economista jefe del ABN Amro Bank para mercados emergentes, Arturo Porzecanski. "Pero Latinoamérica está muy mal preparada para este proceso de globalización", advierte desde Nueva York. Enumera tres razones. La primera, la falta de enseñanza del inglés en la escuela primaria. "No es casualidad que se trasladen empleos a Irlanda, Finlandia, Israel o India", plantea Porzecanski, en referencia a empresas de nuevas tecnologías y centros de llamadas.

En segundo lugar, la orientación educativa y de entrenamiento. "En Latinoamérica se estudia mucha historia, filosofía, pero no hay lugar para las ciencias básicas, la matemática", critica el analista de ABN Amro. Por último, el ambiente empresarial está poco preparado para captar a la industria de alto valor agregado.

Mayores atractivos

La recuperación económica prevista para Latinoamérica, no obstante, actúa como contrapeso para tantas vicisitudes. "La región quedó fuera de la mirada de los inversores en los últimos años, pero hoy está más atractiva, aunque no tanto como China", evalúa el economista Adauto Lima, del Banco West LB en São Paulo.

Brasil, según Lima, cuenta con un fuerte potencial, pero debe mejorar sus negociaciones comerciales para abrir nuevos mercados, las regulaciones, como la del sector eléctrico, y la calificación de su mano de obra. "Pero otras industrias pueden competir por el flujo de inversiones", comenta Lima. Lula ha profundizado la austeridad fiscal, evitó la suspensión de pagos y ha respetado las reglas de juego, con lo que ha ganado más amigos en el extranjero que en su país.

El presidente brasileño se reunió en Ginebra con 220 empresarios de multinacionales para invitarlos a invertir en un país que, bajo su gestión, controló la inflación y aprobó reformas tributarias y de pensiones. También prometió inversión pública en infraestructura. Uno de los asistentes al encuentro, el presidente de Telefónica, César Alierta, obvió las quejas a las regulaciones de su sector en el gigante suramericano: "Ahora más que nunca creemos en Brasil".