Iberdrola logra el mejor resultado de su historia en plena pugna por Kioto

En plena pugna en torno al cumplimiento del Protocolo de Kioto, Iberdrola presentó ayer los resultados de 2003, que muestran un crecimiento del 10,1% y superan por vez primera los 1.000 millones de euros (1.060) de beneficio neto. Iberdrola, que defiende el estricto cumplimiento de Kioto (emisiones limitadas en 2012 a un aumento del 15% respecto a 1990), anunció que invertirá 8.600 millones hasta 2008.

Los buenos resultados de la compañía que preside Íñigo Oriol responden, según explicó el consejero delegado, Ignacio Sánchez Galán, a la buena marcha del negocio en España y México, al aumento de la cifra de negocio en energías renovables (hidráulica y eólica) y a los buenos resultados de las sociedades en las que participa, entre ellas la inmobiliaria Apex.

Ese conjunto de factores, en un buen año hidráulico, compensó en parte el efecto negativo de los precios en el mercado mayorista de generación (caída del 21,1%), que hicieron descender la cifra de negocio un 1,1%, situándola en 9.488,5 millones. La compañía contuvo además los gastos operativos, que sólo crecieron un 2,8%.

Nucleares y vida útil

A los buenos resultados contribuyó también el cambio de criterio de amortización aplicado en el último trimestre de 2003 (con efectos para todo el ejercicio) a las instalaciones nucleares en las que participa la eléctrica: Garoña, Cofrentes, Trillo, Almaraz, Vandellós y Ascó II.

Iberdrola ha decidido, a efectos contables, ampliar la vida útil de estas instalaciones de 30 a 40 años. Así, ha logrado disminuir la partida de amortizaciones y provisiones en conjunto un 4,9%. El impacto de esta medida contable en los beneficios netos, según un portavoz de la empresa, ha sido de unos 60 millones de euros, alrededor del 5,6% de la cifra global. Una cifra pequeña, destacan, comparada con las provisiones (más de 300 millones de euros) realizadas para cubrir los planes de reducción de plantilla pactados en 2003.

La extensión de la vida útil de las nucleares es un criterio contable, señalan en Iberdrola, que se aplica ya en Europa (en España sólo lo han hecho Hidrocantábrico e Iberdrola) y que este año podrían aplicar el resto de las compañías.

El asunto de la extensión de la vida útil de las nucleares, según las fuentes consultadas, fue discutido por la asociación patronal Unesa en el mes de septiembre, aceptado, e informado favorablemente por el auditor del sector, Deloitte.

En plena pugna por el cumplimiento del Protocolo de Kioto, Iberdrola, que aboga por el seguimiento estricto del compromiso sustituyendo centrales de carbón importado y de fuel- gas por centrales de ciclo combinado, anunció ayer que tiene previsto invertir 8.600 millones hasta 2008. Un 73,2% de esas inversiones se destinarán al negocio en España. La empresa confía así en mantener la buena marcha de 2003, año en el que redujo en 309 millones su deuda (se sitúa ahora en 10.378 millones de euros) e invirtió 2.629 millones.

Menos emisiones

Sobre el cumplimiento del Protocolo de Kioto, Sánchez Galán aseguró que las directivas europeas deben cumplirse y reiteró que las eléctricas "tienen capacidad tecnológica" para contribuir a la reducción de las emisiones.

El consejero delegado de Iberdrola explicó que otros sectores industriales están "más limitados" que el eléctrico, porque operan en mercados más sometidos a la competencia internacional. En este sentido, recalcó que una menor asignación de derechos de emisión a los sectores industriales puede provocar la fuga de empresas y la "pérdida de clientes" para las eléctricas.