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Reportaje:

La nueva batalla de Don Quijote

Empresarios y cajas crean en Ciudad Real el primer aeropuerto privado internacional

Ni molinos ni gigantes. Si Don Quijote campeara por Castilla en 2006 se las vería de cerca con aviones. Un grupo de empresarios y cajas de ahorro, con el apoyo del Gobierno y las instituciones de Castilla-La Mancha, está construyendo el primer aeropuerto privado internacional de uso público en España. Una aventura que requiere 220 millones de euros de inversión.

Los socios aportan 75 millones de euros, prácticamente un tercio de la inversión. Otro tercio son subvenciones y el resto, deuda bancaria

El área situada entre Ciudad Real y Puertollano está tan deprimida económicamente que forma parte de los objetivos 1 de la Unión Europea para recibir subvenciones. Es un erial. Pero también un nudo de caminos en el centro de la Península en el que se entrelazan el eje de alta velocidad Barcelona-Madrid-Sevilla y las carreteras que unen el norte con el sur y, con la inauguración de la autovía Lisboa-Valencia, el este con el oeste. En ese estratégico lugar, un grupo de empresarios ha empezado a construir un proyecto pionero en España: el primer aeropuerto internacional privado. Un proyecto que indica un nuevo camino al transporte aéreo en España y entreabre la puerta a competir con el monopolio de AENA, propietaria y gestora de los aeropuertos españoles.

A los promotores del proyecto, la sociedad CR Aeropuertos, se les llena la boca cuando dicen que el Don Quijote es privado. Y es que ésa es su seña de identidad. Sin embargo, la composición del accionariado y otras actuaciones de soporte al aeropuerto dan cuenta del enorme apoyo público que la empresa ha encontrado. "Tanto", dicen José Cano, consejero delegado de la sociedad, y Tomás Herrera, director general, "que sin él nada se hubiera podido hacer". Y, sin embargo, las obras ya han empezado.

Un largo camino

La realización del aeropuerto, una idea que surge en 1995 a raíz de una encuesta de la Cámara de Comercio para revitalizar la zona, está llevando su tiempo. Su viabilidad empieza a estudiarse en 1997; en el año 2000 se incorporan los socios al proyecto; un año después se constituye la sociedad promotora y gestora -CR Aeropuertos- y ese mismo año el Gobierno autonómico aprueba la concesión de subvenciones para la construcción de las infraestructuras de acceso, y las Cortes de Castilla-La Mancha califican el proyecto de interés regional de primer orden.

Como tal, ha engullido esfuerzos públicos y privados que encuentran su reflejo en el accionariado de la sociedad. El 25% de CR Aeropuertos es de Caja de Castilla-La Mancha, el socio de referencia, y Caja El Monte tiene el 10%. La Cámara de Comercio y la Diputación tienen conjuntamente el 11%, el mismo porcentaje que Iberdrola. El grupo de comunicación Méndez Pozo tiene el 7%; Isolux, el 6%; la Universidad de Castilla-La Mancha, el 1%, y un grupo de empresarios privados suman el 29% restante.

Los socios aportan al proyecto 75 millones de euros, prácticamente un tercio de la inversión total; las subvenciones, fundamentalmente europeas, cubren otro tercio, y el resto se financia con deuda bancaria con el SCH y las dos cajas accionistas.

La idea de los promotores es que el Don Quijote sea operativo las 24 horas del día todos los días del año; que su terminal tenga capacidad para dos millones de personas al año y convertirlo también en un importante centro de carga y de aparcamiento de larga duración para aeronaves. Hoy sorprende pensar que a alguien le apetezca llegar a ese erial. Pero la clave está, de nuevo, en el nudo de carreteras, y sobre todo en el AVE a Madrid. Don Quijote ha conseguido autorización -de momento verbal- para tener una terminal del tren de alta velocidad, algo por lo que todavía pelean los aeropuertos de Madrid y Barcelona.

La intermodalidad

"La intermodalidad es fundamental en este aeropuerto", dice Cano. La carga puede transportarse desde allí por ferrocarril y carretera, y con el AVE los pasajeros se plantan en 45 minutos en Madrid. Al consejero delegado y a Herrera no se les escapa que el aeropuerto se construye en medio de la revolución y el auge de las compañías de tarifas reducidas, que han encontrado en los aeropuertos secundarios su modo de operar, y señalan que ése será uno de sus nichos de mercado, pero no el único.

"Pretendemos", dice Cano, "ser complementarios a Barajas. Nos llevaremos parte del tráfico que ahora acoge, como algunos vuelos nocturnos por las restricciones que soporta a causa del ruido, los que se desvían por condiciones meteorológicas (400.000 personas resultaron afectadas el año pasado) y también parte de carga, pero además, podemos acoger otro tipo de tráfico que ahora no encuentra cabida en el aeropuerto de Madrid, y no sólo charter o de tarifas reducidas".

Según el consejero delegado, han tomado contacto ya con 50 compañías aéreas, aunque no han decidido el tipo de cliente que creen más conveniente. Las previsiones más conservadoras dicen que el primer año de funcionamiento el aeropuerto podría recibir 700.000 pasajeros y dos millones el quinto año, "pero solamente una de las compañías con las que hemos hablado nos garantiza un millón de pasajeros al año", apunta Herrera. De momento, tienen que decidir si optan por recibir poca gente, pero con más poder de gasto, o mucha más gente que gaste menos.Lo que tienen claro es que el 60% de los ingresos debe generarse en la zona comercial del aeropuerto y sólo el 40% deben ser ingresos aeronáuticos, justo al revés de lo que ocurre en los aeropuertos de AENA.

De caza en avión

Además de complementarse, el Don Quijote va a competir con Barajas, y piensa hacerlo en precios. Las tasas que dependen del Estado y van a Eurocontrol serán las obligadas, pero el resto de los precios serán más bajos y los tiempos de operación se prevén más cortos. La estimación es que ya en el segundo año de funcionamiento el Don Quijote tenga un Ebitda (beneficio bruto de explotación) positivo. Para ello se van a aprovechar todos los rincones del negocio aeronáutico.

Así, CR Aeropuertos está negociando con una de las grandes empresas de mantenimiento de aeronaves su instalación allí para hacer mantenimiento integral de aviones, y se va a dedicar especial atención a lo que en el argot del sector se llama aviación general, es decir, los vuelos particulares privados. El Don Quijote tendrá helipuerto, hangares para acoger cinco reactores de negocio y ocho avionetas y "pondrá a aquellas personas que vayan a la zona por negocio, a cazar o para hacer turismo cultural, desde vehículos todoterreno hasta seguridad personal".

Los promotores están dispuestos a romper moldes en el sector. Y eso incluye también a una de sus partes más fundamentales y correosas, la de los controladores aéreos. Un enfado de su poderoso sindicato, acostumbrado a imponer condiciones de privilegio, supone incluso la paralización del aeropuerto. "Pero ahí", anuncia Cano, "también estamos buscando fórmulas creativas e innovadoras".

Un motor para el desarrollo local

El apoyo del Gobierno regional al Don Quijote no es en balde. Con el aeropuerto se pretende dinamizar una zona económicamente deprimida, de manera que el proyecto ha involucrado también a varias alcaldías e instituciones. La Fundación Virtus, promovida por el Ayuntamiento de Puertollano, la Junta de Comunidades, las cajas y la Universidad ha creado el Centro de Excelencia en Formación Aeronáutica, que ha iniciado su andadura con un curso de técnico de mantenimiento de aeronaves, homologado por la Dirección General de Aviación Civil.

La idea es que el aeropuerto aglutine empresas del sector aeronáutico y forme a sus plantillas. Pero, además, se ha diseñado un Plan de Desarrollo Local para involucrar a las poblaciones cercanas a las instalaciones. A través de la Cámara de Comercio se ha llegado a un acuerdo para promocionar una de las localidades limítrofes, Ballesteros de Calatrava, donde se invertirán 356.000 euros para poner en marcha un vivero de empresas. Y todas aquellas que quieran instalarse en los terrenos del Don Quijote tendrán subvenciones.

Una de las apuestas fuertes de CR Aeropuertos es la carga. La red de carreteras y de ferrocarril convencional convierten al aeropuerto en un buen centro de distribución, sobre todo desde y hacia el sur, que piensan es muy conveniente para productos agroalimentarios. Está previsto contar con una zona específica para el almacenamiento de productos perecederos en frío y otra para carga seca en una superficie total de 9.000 metros cuadrados.

En cuanto al respeto al medio ambiente, uno de los mayores obstáculos de este tipo de infraestructuras, CR Aeropuertos ha llegado a un acuedo con el departamento de Ornitología de la Universidad Autónoma de Madrid para elaborar los primeros censos de aves que utilizan esa zona en sus migraciones, y ha entrado en contacto con diversos grupos ecologistas y los agricultores de la zona para hacer compatibles sus distintas actividades.

Los promotores estiman que en una primera fase la construcción del aeropuerto generará casi 800 puestos de trabajo, y 1.500 cuando esté a pleno rendimiento. Y calculan que indirectamente puede promover hasta 7.500 empleos, al margen de los que genere el desarrollo local de la zona.

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