Las luchas internas del PP impiden a Zaplana colocar sus mensajes de campaña electoral

El presidente regional del PP y candidato por Valencia, Eduardo Zaplana, dedicó ayer la mayor parte de sus energías a intentar dar respuestas a los reproches que se cruzan los cargos de su partido y a justificar los polémicos comportamientos de varios de sus correligionarios. Interpelado por el caso Fabra, el apoyo del alcalde de Orihuela al edil denunciado por acoso sexual a una trabajadora y las críticas del alcalde de Torrevieja -que exige la dimisión del delegado del Gobierno, Juan Cotino-, Eduardo Zaplana tuvo que hacer serios esfuerzos para lograr que alguien se interesase por el PHN.

Zaplana, que ayer presidió una conferencia regional del PP sobre infraestructuras, intentó sortear con mayor o menor acierto las distintas polémicas que deterioran la imagen de su partido. Respecto a la decisión del alcalde popular de Torrevieja, Pedro Hernández Mateo, de exigir al Ministerio del Interior la dimisión del delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Cotino, tras el reciente asesinato a tiros de un empresario, Eduardo Zaplana se mostró "extrañado" y quiso atribuir la petición "al nivel de tensión" provocado por el brutal homicidio; aunque insistió en que en ese municipio "hay una menor incidencia de delitos y una mayor presencia policial". Una opinión que no comparte el portavoz adjunto del PSPV en las Cortes Valencianas, Antonio Moreno, que ayer denunció que pese a los 49 homicidios y los 160 heridos registrados el año pasado en Torrevieja, el número de agentes de la Guardia Civil en este municipio "se ha reducido a la mitad".

Zaplana también tuvo que pronunciarse sobre la decisión del alcalde popular de Orihuela, José Manuel Medina, de mantener como alcalde pedáneo al edil denunciado por acoso sexual. Aquí el presidente regional del PP recurrió al derecho a la presunción de inocencia y a que el edil denunciado "plantea circunstancias dignas de escuchar". Zaplana indicó, pese a mantener sus competencias de alcalde pedáneo, que tras haber sido apartado al Grupo Mixto municipal el edil denunciado, "más no se puede hacer".

Interpelado por el caso Fabra y por unas declaraciones del presidente de la Diputación en las que aseguraba que nadie del PP le ha pedido que dimita, el ministro de Trabajo tuvo que reiterar su confianza en la honorabilidad de Carlos Fabra e insistir en que la Justicia es la que ha de tomar la decisión.

Tampoco pudo Zaplana eludir la espinosa cuestión de Irak, pese a que de la reunión del PP estuvo ausente el ministro de Defensa, Federico Trillo. El ministro de Trabajo tuvo que reiterar el acierto del Gobierno al apoyar la invasión de Irak y volver a reinterpretar algunas de las manifestaciones gubernamentales realizadas para avalar su posición.

Tan sólo el jefe del Consell, Francisco Camps, pudo oxigenar un poco el ambiente al criticar al secretario del PSPV, Joan Ignasi Pla, por llamarle a él y a Zaplana sinvergüenzas.