"Me he sentido y me siento apoyado por la comunidad universitaria", afirma el rector saliente
Manuel Montero adujo ayer razones personales y familiares para descartar el intento de ser el primer rector de la Universidad del País Vasco (UPV) que logra la reelección. Montero, arropado por siete vicerrectores y el secretario general de la Universidad -no estuvieron presentes, entre otros, ni los tres vicerrectores procedentes de la Escuela de Ingenieros ni el vicerrector de Profesorado, Víctor Urrutia-, negó en una rueda de prensa celebrada en el edificio de las Aulas de la Experiencia de Bilbao que su decisión estuviera influida por la falta de resultados positivos en los sondeos para comprobar sus posibilidades en los próximos comicios. El rector saliente recalcó además que cuenta con el respaldo de la mayor parte de la UPV. "Me he sentido y me siento respaldado por la comunidad universitaria", subrayó.
Montero, que es catedrático de Historia Contemporánea, explicó que el desgaste personal provocado por las condiciones de inseguridad en las que se ha visto obligado a vivir estos años, la nostalgia por la investigación y el "hartazgo" por los ataques y el trato recibido desde ciertos sectores extra-académicos han sido las principales razones del punto final a una etapa "importantísima" de su vida.
La demora en el anuncio de su despedida de la vida institucional no se ha debido, según sus palabras, a maniobra o estrategia electoral alguna, sino a su deseo de acotar la duración de la situación de interinidad que vivirá la Universidad con la campaña electoral. "He querido disminuir al máximo la fase de transición. Por ello no me he precipitado en la comunicación de mi presencia o no en las elecciones. No deseaba generar un periodo demasiado grande de incertidumbre", argumentó.
Montero rechazó pronunciarse sobre los candidatos que se presentarán a las elecciones. "Mi obligación y la de mi equipo es mantener nuestra más absoluta neutralidad en el proceso que comienza". En cuanto a la labor realizada en estos cuatro años, calificados por él mismo de "intensos", Montero aseguró sentirse "muy orgulloso". "Siempre puede haber más o menos aciertos, pero no cambiaría ninguna de las decisiones de peso que he tomado", afirmó.
Como logros más relevantes de su mandato destacó la estabilidad interna, la defensa de la autonomía universitaria y la defensa de la democracia frente al terrorismo. Montero lamentó que haya aún profesores amenazados y calificó como el peor momento de su mandato el día que ETA colocó una bomba en la Facultad de Periodismo.
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