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Reportaje:

Zapatero baja a las aulas

El candidato pasó unas horas en un colegio público de Getafe

Los casi mil estudiantes del instituto público Satafi, un centro situado en la periferia de la localidad madrileña de Getafe, vieron ayer interrumpida por unas horas su rutina de clases y de recreos: recibieron la visita del candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Los chavales esperaron en la verja del centro o asomados a las ventanas la llegada del político, que fue recibido por el alcalde del municipio, Pedro Castro, también del PSOE.

Rodríguez Zapatero llegó al instituto al mediodía y compartió algo más de una hora con los chavales de una clase de primero de bachillerato (16 y 17 años). El director, Vicente Muñoz, hizo de maestro de ceremonias. "Me comprometí a traeros un personaje de primera fila, y aquí lo tenéis", dijo, sin disimular su orgullo. "Lo normal sería que soltase un discurso, pero somos un número razonable y podemos hablar entre todos", comenzó el político para romper el hielo con los chavales. "Cuando queráis podéis empezar a disparar...".

A partir de ahí comenzó la batería de preguntas de los alumnos, que se las habían preparado tan sólo dos horas antes de la llegada del líder socialista. "¿Cuál cree que es el principal problema del sistema educativo actual?", preguntó una chica. "¿Qué opina de la religión como materia valuable?", inquirió otra. "¿Está a favor de la ley antibotellón?", interrogó un tercero.

Más becas

Zapatero opinó ante los adolescentes que se necesitan más becas, que la religión tiene que ser una materia voluntaria y que hay que hacer compatibles el derecho al ocio y el derecho al descanso. El político aprovechó para desgranar sus propuestas electorales en materia de vivienda e inmigración y criticar la postura del Gobierno español ante el conflicto en Irak.

Una chica quiso despejar una duda. "Con la boda y toda la polémica que hay sobre la monarquía, ¿qué postura adopta su partido?". "¿Que si estamos a favor de la boda...?", bromeó Zapatero. Ya en serio, el político señaló que, aunque el PSOE es de tradición republicana, no podía dejar de destacar el papel positivo del rey Juan Carlos en la democracia. Ningún chaval preguntó al candidato sobre la polémica con el ex consejero en jefe de la Generalitat Josep Lluís Carod Rovira. "No sé, no se nos ha ocurrido, como hemos preparado las preguntas tan deprisa...", dijo una de las alumnas encogiéndose de hombros.

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Después de hartarse a firmar autógrafos, Zapatero visitó las instalaciones. Saludó desde a la jefa de estudios hasta a los empleados de la cafetería. "Me ha sorprendido lo moderados que han estado los chicos; a esa edad se supone que tienen que ser más cañeros...", comentó el candidato a varios profesores. Dicho y hecho. Dentro de una clase de formación profesional dedicada a la electrónica, Rubén, sentado frente a un ordenador, le gritó sin ningún pudor: "¡Métele caña a Maragall!". Zapatero sonrió la ocurrencia del chaval y siguió su camino. Se despidió de los chicos con una promesa: "Si soy elegido presidente del Gobierno, me comprometo a volver al instituto. Y luego os invitaré a La Moncloa y daremos un paseo por ahí...".

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