Aznar afirma que apoyó la guerra por el interés nacional de España

El presidente del Gobierno, José María Aznar, afirmó ayer que apoyó la guerra de Irak por el interés nacional de España, por su deseo de contribuir a un mundo más estable y más seguro y para que se cumplieran las resoluciones de Naciones Unidas. Aznar hizo estas declaraciones en una rueda de prensa conjunta con el presidente de Uruguay, Jorge Batllé. Aznar respondió con una dura andanada a la reclamación de una investigación independiente sobre los motivos de la guerra que ayer le hizo el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero: "Entiendo que pueda haber personas que digan que es mejor que Sadam Husein siga vivo y siga mandando a fosas comunes a los opositores por el mero hecho de serlo, pero no creo que eso sea un país mejor, lo que no quiere decir que no haya dificultades".

El domingo, en una entrevista publicada por el diario alemán Frankfurter Allgemeine, Aznar utilizó una de sus frases predilectas para explicar su posición en Irak: "Hicimos lo que teníamos que hacer".

La polémica de las armas

Antes, durante y poco después de concluida la guerra, Aznar esgrimió en sus tres comparecencias sobre la guerra de Irak en el Congreso de los Diputados y en las tres entrevistas que concedió en televisión para hablar de ese asunto que el régimen de Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva y se negaba a destruirlas.

Su frase más tajante sobre la existencia de esas armas la pronunció en Antena 3 Televisión el 13 de febrero del año pasado: "El régimen iraquí, porque contra el pueblo de Irak no hay nada, tiene armas de destrucción masiva". Casi dio su palabra: "Puede estar usted seguro, y pueden estar seguras todas las personas que nos ven, que les estoy diciendo la verdad. El régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva, tiene vínculos con grupos terroristas y ha demostrado a lo largo de su historia que es una amenaza para todos. Justamente ahí reside la dureza de las responsabilidades que hay que asumir".

Y en TVE el 21 de abril, tras la caída de Bagdad, apostilló: "Estoy absolutamente convencido de que esas armas, que existen, acabarán apareciendo".

En sus comparecencias en el Congreso, Aznar fue más cauteloso con el uso del lenguaje. Justificó la presunta existencia de esas armas en los informes de enero de 1999 de los inspectores de las Naciones Unidas que habían sido expulsados de Irak. En el Congreso, Aznar se apoyó también en la historia de utilización de armas químicas por parte de Sadam Husein "contra sus enemigos exteriores y contra su población".