_
_
_
_
_
OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Barracones y viviendas

Si no estoy equivocado, el actual jefe de gabinete de Rafael Blasco es Herminio García Cuadra. No sé si lo conocen. Don Herminio fue el director General de Dentros Docentes con el anterior consejero de Educación, Manuel Tarancón, y en fecha previa fue, si no ando errado, gerente económico del Hospital Arnau de Vilanova. Ahora, pasada la canícula, y por resolución de 12 de septiembre de 2003, del consejero de Territorio y Vivienda, se nombraba a Herminio García personal eventual a su servicio. Sorprenden la procesión o, mejor, la elasticidad del gestor y la capacidad para cobijarse en sitios tan distintos y tan distantes: Hospitales, Colegios, Viviendas. Eso sí, todos a cubierto, todos bajo techo. No sé, la verdad, cómo explicar este caso: o es un eficaz técnico, competente para enfrentar lo que sea, diestro en ramos dispares, o es un asesor habilísimo que sabe hacer valer con arte e influencia la confianza, la confidencia de sus superiores. ¿Confianza? ¿No es eso lo que justifica la designación del personal eventual? Al poco de su nombramiento como consejero de Educación, Esteban González Pons [el pasado mes de julio] hizo alguna declaración manifestando su propósito de acabar con los barracones instalados en colegios e institutos por el anterior gabinete. Admitir que es posible alcanzar dicha meta supone reconocer que tal vez los gobiernos de Eduardo Zaplana desatendieron culpablemente la educación pública. ¿Quizá por la inacción del anterior director General de Centros? ¿Qué cabe vaticinar, pues, de su nueva gestión, ahora que se pone al frente del departamento de... barracones, perdón, de Territorio y Vivienda? Quienes piensen mal dirán que hay lastre que arrastrar, compromisos ineludibles de antiguos beneficiados, tan serviciales. No sé. Lo creíamos amortizado, cesante, crucificado; lo pensábamos dedicado a su profesión, y, de repente, descubrimos que resucita, que regresa; o, mejor, que nunca se marchó, que cambia de competencias, que se desplaza de consejería, pero, eso sí, que sobre él se deposita, se renueva, la confianza, justamente por querer ser el "buen gestor". Ja.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_