Anulados siete vuelos desde Europa a EE UU por temor a atentados

Estados Unidos obligó de nuevo a British Airways y Air France a cancelar siete vuelos transatlánticos desde Europa hacia Estados Unidos por temor a posibles atentados de Al Qaeda. Como ya ocurriera hace algo más de un mes, Washington, citando fuentes de sus servicios de inteligencia, advirtió de las presuntas amenazas a las dos compañías aéreas, que prefirieron extremar la prudencia y mantener sus aviones en tierra.

"Seguimos preocupados por la intención de Al Qaeda de usar como objetivo los vuelos internacionales", dijo ayer el portavoz del Departamento para la Seguridad Nacional, Brian Roehrkasse; "los servicios de inteligencia han vuelto a recibir amenazas muy específicas sobre este tipo de vuelos. Compartimos esta información con nuestros socios internacionales y trabajaremos con ellos para poner en marcha las medidas de seguridad apropiadas".

No obstante, el Gobierno norteamericano no decidió aumentar el nivel de alerta ante el riesgo de atentados, como hizo poco antes de las fiestas navideñas, cuando se suspendieron una decena de vuelos por los indicios de posibles actividades terroristas. El nivel de alerta "naranja", el segundo más elevado en una escala de cinco, estuvo en vigor hasta el pasado 9 de enero.

British Airways decidió cancelar cuatro vuelos entre Heathrow y el aeropuerto Dulles, de Washington, que debían volar entre hoy, domingo, y mañana, y otro con destino a Miami. "La seguridad de nuestras operaciones es prioridad absoluta", dijo una portavoz de la compañía británica para justificar una decisión tan drástica.

La compañia Air France, por su parte, canceló para hoy y para mañana el vuelo 206, que cubre el trayecto entre París y la capital estadounidense. Fuentes aeroportuarias galas explicaron que ya habían previsto una serie de medidas "específicas" para esos vuelos con destino a EE UU, que incluían la presencia a bordo de agentes de cuerpos de élite (policías del RAID o gendarmes del GIGN), siguiendo las consignas impuestas por EE UU a principios de este año.

Esta nueva serie de cancelaciones se produjo horas después de que un avión de la compañía aérea británica Virgin Atlantic, con 181 pasajeros a bordo, regresara a Londres cuando sobrevolaba el Atlántico tras detectarse olor a quemado. El Airbus se dirigía al aeropuerto JFK, de Nueva York, cuando a medio camino se percibió el olor, cuya causa no se ha determinado.

Desde hace más de un mes, volar hacia Estados Unidos se ha convertido en una aventura incierta. Los pasajeros saben cuándo salen, pero no forzosamente cuándo llegan, si llegan. A finales de diciembre, Air France y British Airways cancelaron también varios vuelos hacia Washington siguiendo alertas de los servicios de seguridad estadounidenses que resultaron ser completamente erróneas.

Washington insistió, no obstante, en que suspender aquellos vuelos pudo evitar uno o varios atentados, que hubieran tenido entre sus objetivos la ciudad de Las Vegas, así como centrales nucleares, plantas petrolíferas o presas en distintos puntos del país.

Los terroristas de Al Qaeda, afirmaron entonces los máximos responsables de la seguridad estadounidense, estarían en la fase final previa a la comisión de los atentados, solamente a la espera de recibir la orden final de sus superiores para llevarlos a cabo.

Por este motivo, el nivel de alerta ante posibles ataques se incrementó en la semana de Navidad de "elevado" a "alto", con el objetivo de que la mayor vigilancia y presencia militar y policial en las calles sirviera de elemento de disuasión a los terroristas.