Zaplana elude contestar si el CNI informó al presidente de la reunión entre Carod y ETA
El Gobierno no dejará que el director del servicio secreto comparezca en el Parlamento
El portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, aseguró ayer que no tiene constancia de que "nadie" del Ejecutivo conociese con antelación a su publicación en la prensa la reunión celebrada entre el conseller en cap de la Generalitat, Josep Lluís Carod Rovira, y la dirección de ETA. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Zaplana enfatizó: "Puedo asegurar que el portavoz no tiene la más mínima constancia de que esto sea así". Pero eso no quiere decir, precisó posteriormente, que el presidente del Gobierno no tuviese noticia. Simplemente, él lo ignora.
Durante más de una hora, Zaplana fue interpelado por los periodistas en torno a una única cuestión: ¿Conocía el Gobierno la reunión de Carod Rovira con la cúpula de la banda terrorista antes de su publicación en Abc? ¿Recibió el presidente José María Aznar un documento del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que le informaba del encuentro?
Zaplana no se negó a abordar la cuestión, como hizo el presidente del Gobierno la víspera, pero se ciñó en todo momento a la frase que tenía preparada, deliberadamente ambigua. Al portavoz del Gobierno "no le consta" la existencia de dicho informe. Lo que no quiere decir que no exista.
De admitir su existencia, el Gobierno debería entregarlo al fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, quien está recabando información sobre el caso. Y de probarse la coincidencia entre el contenido del informe del CNI y lo publicado en la prensa, quedaría en evidencia la comisión de un presunto delito de revelación de secretos oficiales.
No habrá investigación
.Pero Zaplana mostró escaso interés por conocer el origen de una filtración que afecta a la lucha contra el terrorismo. "Si ante cada noticia hubiera que tomar una iniciativa de ese tipo, se estaría permanente investigando", se excusó. Por el contrario, hizo hincapié en diluir las responsabilidades de la filtración, asegurando que la existencia de la reunión era conocida "por un grupo relativamente numeroso de personas", aunque al parecer no por el Gobierno. O al menos, su portavoz.
Lo que sí dejo claro es que el Ejecutivo no permitirá que el director del CNI, Jorge Dezcallar, acuda a ofrecer información a la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, como reclama la oposición, con el argumento de que "no hay indicios ni datos" que vinculen al servicio de inteligencia con el caso y de que la obligación del Ejecutivo es "salvaguardar a los profesionales y responsables [de los servicios antiterroristas] que prestan un servicio de altísimo valor al país".
Zaplana defendió a los agentes del CNI de la acusación, por nadie formulada, de que fuesen ellos los autores de la filtración a la prensa de una noticia que ha dañado gravemente las expectativas electorales del PSOE y beneficiado al PP. "Estamos convencidos de que nunca pondrían en juego una información vital para la lucha antiterrorista simplemente por realizar una filtración", dijo. En cambio, no se planteó la acusación, formulada por los socialistas, de que la filtración procediera del propio Gobierno. "Nunca el Gobierno de España utiliza con fines impropios la información reservada que pueda tener. Nunca. Con rotundidad", solemnizó.
Zaplana soportó sin perder la compostura el interés de los periodistas por "desviarse" de lo que él consideraba "cuestión fundamental": la reunión de Carod Rovira con ETA y el pacto entre Esquerra Republicana y el Partido Socialista en el Gobierno de Cataluña.
Y a pesar de no contestar las cuestiones que a él se le plantearon, como portavoz del Gobierno, asumió el papel de los periodistas para formular preguntas a Rodríguez Zapatero. "Es el momento", dijo, "de que, como último responsable de las decisiones de su partido, diga si, como Maragall, prefiere las buenas intenciones de Carod a la política antiterrorista del Gobierno. También sería bueno que nos dijera", agregó, "si está de acuerdo con la vuelta del señor Cardo Rovira al Gobierno de la Generalitat, que él mismo ha anunciado".
El portavoz del Gobierno admitió que el PP tiene acuerdos de gobierno con ERC en "alguna corporación local menor", en referencia a cinco ayuntamientos catalanes. No fue tajante sobre la ruptura de esos acuerdos que, sin embargo el PP ha pedido al PSC. Se limitó a señalar que el PP de Cataluña "está estudiando esa cuestión".
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