El juego de las renovables

Quién sabe lo que es la energía?". La pregunta detiene el guirigay del grupo de escolares de 10 y 11 años del colegio Martín Códax, de Vigo, que asisten con sus profesores al taller organizado por Renovart. "La luz", responde uno apuntando a una bombilla. "Bueno", admite la monitora, Felicidad Caballero. "La energía es lo que hace que haya luz, en este caso, la electricidad. Por eso se llama energía eléctrica. Pero también hay energía solar, eólica, que es la del viento...". Y ahí empieza el relatorio, mil veces repetido, frente a paneles y artefactos que parecen de feria. La visita al taller de Renovart es equiparable a la de la mejor ludoteca.

Renovart se propuso hace cuatro años desarrollar planes de divulgación que aproximaran las energías renovables a la sociedad. Tuvo que convencer, en primer lugar, a las empresas energéticas -como Unión Fenosa, Endesa, Eurovento o Terranova- de que las bondades de las energías renovables, por las que empezaban a apostar, debían incluir una comunicación ad hoc. Ahora, con ese patrocinio, el equipo de Renovart se ha reconvertido en docente, rotando por los centros escolares de la Galicia rural -allá donde haya o vaya a haber molinos de la energía eólica- con el mensaje de las renovables.

"Es una tarea que debería corresponder a Educación. Pero no lo hacen, y a nosotros tampoco nos dan ningún apoyo", se queja el promotor y director de Renovart, Santiago Villar. Un equipo fluctuante y comprometido de periodistas, ecologistas y diseñadores, ha creado una panoplia de productos que fabrican en su sede central, una antigua fábrica de salazones en el puerto de Bouzas, y que reparten en sus visitas a las escuelas, para acompañar la lección con aires de fiesta: paneles, tebeos con protagonistas exclusivos -Catavento es un cuervo contestón y resabido, el primer prescriptor de renovables en España; Viravento, una hélice antropomórfica que promociona la energía hidráulica-, cometas, molinillos o gorras con placa solar incorporada para sintonizar una radio o un ventilador.

Renovart transformó la arqueología industrial de la mina de lignito de As Pontes de García Rodríguez (Endesa) en El sitio del viento, el primer parque temático de España sobre energía eólica, donde, por ejemplo, los silos cónicos del carbón se han convertido en eolo-arpas, y aportó la mano de obra (30 personas) que construyeron el ecoespacio de Rexo, en Allariz (Ourense), humanizando un ámbito degradado. Pero la docencia es ahora lo que consume casi todas sus energías. Por los pueblos más remotos o en su taller de Bouzas.

Los críos del colegio Martín Códax dicen haber oído hablar del agujero de ozono. "Lo hace el humo", dice uno. "Y los desodorantes", añade otro. La monitora se lo explica ante el panel correspondiente y sigue el hilo por las sucesivas estampas de los combustibles fósiles y su alternativa, las energías renovables, como la biomasa de los residuos forestales, la energía solar o la eólica. El Sol es el gran tótem.

Los chicos no se aburren porque cada salto de panel incorpora objetos que les hace tangible la teoría. Tocan el compost, juegan con bramaderas de todos los colores para experimentar la música oriental del viento, corren por la nave con molinillos, observan pescados secados al sol o se paran ante una placa de silicio, antes de pasarse una gorra que la lleva incorporada y que les permite oír la radio. Salen todos contentos con las aventuras de Catavento y Viravento bajo el brazo. Renovart tiene una página web (www.catavento.com) con información para los docentes para explicar las energías renovables.