El Papa agradece a Aznar "la colaboración leal" de su Gobierno
El Vaticano afirma que la Iglesia ha ganado "espacios de libertad" con el PP
Juan Pablo II se mostró ayer "complacido por la colaboración sincera y leal entre la Iglesia y las autoridades españolas" en el transcurso de la audiencia que concedió a José María Aznar, "cuando está a punto de concluir su cargo de presidente del Gobierno", según subrayó el Pontífice. Fue, sin embargo, el secretario del Estado, cardenal Angelo Sodano, el jefe efectivo del Gobierno de la Santa Sede, quien concretó después el balance de los mandatos de Aznar, al afirmar que la Iglesia ha ganado "espacios de libertad" en España estos últimos años.
El secretario de Estado se refería, sin duda, a la equiparación de la religión con las demás asignaturas de la enseñanza media desde el punto vista de las evaluaciones, una vieja aspiración de la Iglesia católica que el Gobierno de Aznar ha satisfecho plenamente. Pero el haber del presidente saliente frente a la Santa Sede es más amplio. Baste señalar su obstinada resistencia a la producción de células madre para la investigación o su insistente campaña para que la nueva Constitución de la UE incluya una mención a las raíces cristianas de la civilización europea, como pide el Vaticano.
De ahí que la cúpula eclesiástica colmara ayer de gestos, algunos de ellos calificados de excepcionales por el portavoz del Papa, Joaquín Navarro-Valls, a un Aznar que, en la despedida, aseguró que las líneas de su mandato más apreciadas por la Iglesia católica, y en concreto el apoyo a la mención de las raíces cristianas, se mantendrán hasta el fin del actual Gobierno e incluso con el próximo, según dijo esperar el líder saliente.
Juan Pablo II y Sodano agradecieron específicamente a Aznar el apoyo mencionado. Ambos subrayaron también que las relaciones entre la Iglesia y el Estado español se desarrollan "desde el respeto y la independencia", dijo el Papa, lo que "no es ignorancia, sino colaboración sincera y leal para el bien de todos", según precisó Sodano. El presidente sostuvo que esas relaciones han alcanzado "la plena cooperación y normalidad" con el desarrollo que él ha impulsado.
Un gesto que Navarro-Valls destacó como excepcional fue que el Papa entregara una fotografía dedicada al presidente español, ya que, según el portavoz, sólo se la da a los jefes de Estado. A los jefes de Gobierno les condecora, pero Aznar tenía la máxima condecoración vaticana, la orden Piano, que ayer le fue impuesta a su esposa.
Para valorar la acogida resulta, sin embargo, más ilustrativo el elenco de personalidades eclesiásticas que asistieron al almuerzo ofrecido en la Embajada de España: la plana mayor de la secretaría de Estado, incluidos ocho cardenales. Se trata de los tres españoles de la Curia, los tres suramericanos, el prefecto de la Congregación de los obispos, Giovanni Battista Ré, y el propio Sodano, con el que Aznar se había reunido antes.
Fue en ese marco donde el secretario de Estado pronunció su discurso. "Una sociedad moderna no puede relegar la religión a la esfera de lo privado, pues la madurez humana no se logra sólo con medios materiales. Por eso, siento el deber de manifestar el aprecio por el hecho de que en estos últimos tiempos se hayan abierto importantes espacios para el ejercicio de este derecho a la libertad religiosa", dijo. "Hago mis mejores votos para que la noble nación española sea siempre fiel a sus orígenes; que sea tierra donde se vivan en plenitud los lazos de fraternidad, unidad, concordia y solidaridad entre sus gentes y entre sus comunidades autónomas", añadió.
Aznar, en su brindis, condenó el terrorismo, agradeció "la cercanía" del Papa con las víctimas de esa amenaza, aseguró que "el Estado de derecho prevalecerá" y afirmó que la Iglesia contribuye a dar solidaridad y vigor a la sociedad española frente al terror.
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