Rutas peores

Para paliar el más que previsible caos originado por las obras de Cuatro Caminos, el Ayuntamiento anuncia rutas previsiblemente alternativas. Y digo "previsiblemente" porque resultan tan caóticas como Cuatro Caminos, debido al aparcamiento y a la carga y descarga en doble y triple fila; para comprobarlo basta con pasar por Vitrubio, Ríos Rosas o Cristóbal Bordiú, entre otras muchas calles "alternativas". Por supuesto y como desgraciadamente sucede en muchos otros casos, según lo vienen denunciando con frecuencia los ciudadanos, la Policía Municipal no hace nada o casi nada por evitar esa situación; es muy difícil ver a un guardia en esas zonas y cuando están da la sensación, ante su pasividad, de que las infracciones que se producen nada tienen que ver con ellos.

Y es que no se pueden emprender obras faraónicas, por muy rentables que resulten políticamente, sin poner todos los medios necesarios para evitar, en todo lo posible, las molestias a los ciudadanos; unos medios que no pasan sólo ni principalmente por instalar una oficina y unos carteles informativos, sino por intensificar, y mucho (por lo menos tanto como en la Gran Vía los domingos comerciales), la vigilancia policial en las rutas alternativas para que la circulación por ellas no se vea dificultada por las continuas transgresiones de las más elementales normas de tráfico.

A veces se tiene la impresión de que para los políticos, o por lo menos para algunos políticos, el ciudadano sólo es útil para votar y para pagar impuestos; y después, que se aguante.