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Aznar y Durão rechazan que unos pocos países dirijan Europa

La cumbre entre Francia, Alemania y Reino Unido convocada para el próximo 18 de febrero para tratar de la reactivación de la economía europea no puede merecer críticas del presidente del Gobierno, José María Aznar, ni de su homólogo portugués, José Manuel Durão Barroso, pero sí parece suscitar en ellos el temor a lo que se denomina el directorio; es decir, a la posibilidad de que unos pocos países lleguen a dirigir, de hecho, la Unión Europea.

"Está claro que los socios tienen derecho a celebrar todo tipo de reuniones -a dos, a tres o como quieran-, y normalmente son positivas. Pero la noción de un directorio nos parece totalmente negativa. Que unos países se reúnan, cocinen y sirvan la comida a los otros es inaceptable", dijo Durão Barroso en la rueda de prensa que protagonizó ayer, junto a Aznar, en Lisboa tras la constitución del Mercado Ibérico de la Electricidad.

"Estoy totalmente de acuerdo, y espero que la construcción europea, que ha tenido unas pautas muy concretas, sepa conservarlas. No voy a decir si soy optimista o pesimista", añadió Aznar, que hace una semana afirmó en Washington que no está seguro de que vaya a ser posible alcanzar un acuerdo sobre el reparto de poder en la UE para que se apruebe la Constitución. Sobre la cumbre de febrero, la tercera desde septiembre entre los tres participantes, con todo lo que ello implica de extensión a Londres del eje París-Berlín que rige, de hecho, la UE, Aznar destacó su interés en que Europa crezca económicamente y que le "complace que se celebren reuniones al respecto".

Actitud de comprensión

Unidos en la desconfianza hacia el designio de los grandes, Aznar y Barroso no están, sin embargo, en la misma trinchera respecto a la Constitución europea. El mandatario portugués no comparte el empeño del jefe del Gobierno español por mantener el reparto de poder acordado hace tres años en Niza. Ambos afirmaron que si bien sus puntos de vista "no siempre coinciden", eso no les impide orientarse "siempre en el mismo sentido" de la integración europea. "Lo importante para el entendimiento", precisó Aznar, "no es que las posiciones sean las mismas, sino que se entiendan las posiciones respectivas".

Los dos líderes declararon haber abierto una etapa de cooperación sin precedentes entre Portugal y España. En un almuerzo con 200 comensales -al que asistieron empresarios, entre ellos el presidente de Telefónica, César Alierta; el entrenador del Benfica, José Antonio Camacho, y Alejandro Agag, yerno de Aznar- Durão aseguró que España ha mejorado de modo "notable" entre 1996 y 2004. Aznar afirmó que España y Portugal "son cultura universales", con capacidad para que su territorio llegue a ser el más pujante de Europa, y pidió que le sigan invitando a Portugal. "No tengo intención de convertirme en estatua de sal, ni de jubilarme", dijo.

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