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Reportaje:

El dólar barato empieza a gustar

La brusca caída del 'billete verde' en el último año aconseja iniciar una cartera con valores estadounidenses

El dólar ha perdido en el último año casi un 25% de su valor frente al euro. Aunque los expertos consideran que su depreciación continuará a lo largo del ejercicio, también creen que ya ha llegado el momento de pensar en tomar posiciones en dólares a la espera de que esta moneda vuelva a fortalecerse. Una recuperación que aplazan a 2005 y donde habrá que elegir bien entre bonos y acciones.

En 2003 la rentabilidad de las inversiones de las acciones en dólares redujeron su ganancia por conversión a euros desde el 22% al 4%
China es clave para que se rebaje la presión sobre el euro. Japón ha sorteado el problema con unas reservas de 670.000 millones de dólares
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Seguramente falta memoria histórica para evaluar con precisión la fuerte subida que ha llevado al euro a cotizar en este mismo mes de enero a 1,29 dólares. Un máximo histórico de una trayectoria corta, pues el euro nació como moneda financiera el 4 de enero de 1999 y como moneda física en enero de 2002.

Sin embargo, tomando como referencia las extintas divisas europeas (marco, franco, lira, peseta...) o aquel padre virtual del euro, el ecu, la cosa no es tan espectacular ni tan novedosa. En los últimos 20 años se han producido movimientos muy fuertes entre las divisas europeas y la estadounidense. Unos movimientos que han sido aprovechados por los inversores para lograr una ganancia y, en no pocos casos, soportar una ingente pérdida.

Con datos facilitados por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), el Ecu, equivalente al actual euro cotizó a un mínimo de 0,6392 dólares, cuando en esta época el mínimo marcado se situó en octubre de 2000 en 0,8272 dólares. De igual forma, el Ecu se situó por encima de los 1,44 dólares a comienzos de la década de los ochenta. También es fácil recordar periodos cuando un dólar llegó a cambiarse por 200 pesetas y otros en los que se situaba en torno a las 99 pesetas. Actualmente, haciendo esta extrapolación con la desaparecida moneda española, ahora mismo estaríamos cotizando frente al dólar a unas 128 pesetas.

Y esta evolución tiene su importancia para el inversor. En 2003 la rentabilidad de las inversiones en acciones denominadas en dólares vieron reducida su rentabilidad promedio por conversión a euros, desde el 22% al 4% en su conjunto, y del 45% al 25% para el caso de inversiones en países con economías emergentes. Resulta, pues, un factor a tener en cuenta en las inversiones en 2004, ya que la divisa estadounidense se depreció el pasado ejercicio el 21% y, por tanto, cualquier inversión realizada sobre estos activos también soportará esta depreciación.

Un caso llamativo ha sido el del oro que se compra y cotiza en dólares y que el pasado año registró una subida del 20%, la misma que no pudo disfrutar el ahorrador europeo que vio esfumada esa ganancia por efecto de la moneda. Por el mismo motivo, la escalada que está experimentando el petróleo cuya cotización en el mercado de Londres ha superado esta misma semana los 32 dólares por barril, tiene una menor incidencia en las cuentas europeas que ven rebajado su precio por el mero hecho de cotizarse en dólares.

Otro buen ejemplo es que los fondos de inversión que el pasado año invirtieron en los mercados de acciones de EE UU lograron una rentabilidad media del 7,84%, cuando el mercado Nasdaq logró una revalorización superior al 40%, situándose como la plaza de mayor ganancia en el mundo desarrollado. Este mismo argumento que el pasado año fue negativo, se pone en positivo cuando se echa la vista atrás un par de años y la fuerte revalorización del dólar hacía más ricos a los europeos que habían invertido en activos (bonos, acciones o fondos) denominados en esta moneda.

Preocupación política

La fortaleza del euro también tiene sus consecuencias económicas y políticas. El euro empezó a perder gas este mismo lunes, después de que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, expresara su preocupación por las ganancias de esta moneda y por los cambios bruscos en los mercados de divisas y le siguió en términos parecidos el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer.

Esta misma semana, el canciller alemán Gerhard Schröder pedía al Banco Central Europeo (BCE) una respuesta en forma de bajada de los tipos de interés. El economista jefe del BCE, Otmar Issing, dijo el viernes que la entidad está preocupada por la fortaleza del euro. Al mismo tiempo, Issing declaró que la fortaleza del euro no era el motivo del flojo producto interior bruto de Alemania en 2003.

Sin embargo, las empresas exportadoras europeas presionan para que no se encarezcan sus productos en los mercados ligados con el dólar. Una situación que también se refleja en las bolsas europeas en forma de incertidumbre, aunque por el momento el ímpetu inversor ha conseguido que no tenga un claro reflejo en los índices.

Ahora bien, desde el punto del inversor, la situación vuelve a ponerse interesante tras el suplicio sufrido en 2003 por aquellos que eligieron el dólar. Los expertos consultados consideran que el billete verde se depreciará aún más a lo largo del año. Estiman que el euro podría alcanzar los 1,40 dólares. Llegado a este nivel, la inversión en dólares podría ser muy interesante porque tarde o temprano el baile de divisas europea y estadounidense tendrá que cambiar el paso. Incluso los niveles actuales ya son atractivos para muchos expertos que opinan que con un horizonte de uno o dos años ya se podrá ganar dinero por la apreciación del dólar y la consiguiente caída del euro.

Tras escoger moneda para obtener una ganancia con su apreciación respecto al euro, viene luego la muy difícil elección del activo en el que se invierte. Bonos, acciones o, en su caso, bienes tangibles como inmuebles o participaciones en fondos inmobiliarios merecen ya otro análisis específico donde también interviene la moneda, además de los tipos de interés, los beneficios empresariales, etcétera.

Beat Wittmann, director de inversiones del banco suizo de inversión especializado en fondos, Clariden Bank, se coloca al frente en su pronóstico sobre la caída del euro ya que calcula que el dólar llegará este año a 1,50 unidades frente a la moneda europea si el actual presidente George W. Bush es reelegido en las elecciones que se celebrarán el próximo mes de noviembre. "El Gobierno americano tiene una vista muy corta, que sólo mira por las elecciones. Además, los americanos no se interesan por el resto de monedas, ya que sólo viven para el dólar y esta situación finalmente pasará factura y traerá más desequilibrios", afirma Wittmann. Además, considera que el BCE no tomará medidas hasta que el euro alcance un nivel entre 1,35 y 1,40 dólares. Sin embargo, las medidas que tome el BCE serán suaves, ya que el organismo "no lo dice públicamente, pero está satisfecho con el precio actual del euro".

Año electoral

Alexis Ortega, socio director de Finagentes, considera que Estados Unidos necesita cualquier cosa que "huela a crecimiento económico". "En año electoral, lo más importante es que la economía funcione. Los tipos de interés ya se encuentran muy bajos (1%) y la Reserva Federal los va a mantener al menos durante 6 meses más. Se está estudiando renovar las bajadas de impuestos, aunque éstas ya tendrán un efecto limitado. Por último queda el tipo de cambio del dólar que interesa que se deprecie como motor del crecimiento en Estados Unidos".

Alexis Ortega cree que en esta situación a Europa no le queda más remedio que acometer reformas estructurales de su economía, porque a Estados Unidos le sigue conviniendo un dólar débil que le permita crecer y crear empleo. El dólar será una moneda interesante para invertir pero, por el momento, habrá que esperar. Por ello, se producirán bajadas de tipo de interés en la zona euro para contrarrestar los efectos negativos de un dólar fuerte. El experto de Finagentes considera que el cambio entre euro y dólar puede llegar a 1,40 para luego producirse una paulatina recuperación de la divisa europea que, en su opinión tardará en llegar.

Joaquín Casasús, director de Abante Asesores, estima que el euro ya está a niveles superiores a los previstos. "La última subida se ha producido con muchísimo volumen y hay una fuerte inercia para que continúe la tendencia alcista". Las razones de esta fortaleza del euro siguen presentes: elevados déficit comerciales y fiscales en Estados Unidos, mientras que el banco central de Japón sigue comprando dólares para evitar un fortalecimiento de su divisa, mientras que toda la apreciación se la lleva el euro. Japón tiene actualmente unas reservas en dólares por valor de 670.000 millones de dólares que se han incrementado especialmente en los últimos meses. Una cifra equivalente a todo el producto interior bruto español.

Casasús estima que una inversión interesante será comprar bonos estadounidenses cuando éstos ofrezcan una rentabilidad del 5% o 6%, porcentaje al que añadir la apreciación del dólar frente al euro. "Sin embargo, todavía es pronto para que se produzca esta situación. Hay que esperar".

Los analistas del banco privado suizo Pictet creen que actualmente el dólar ya no está sobrevalorado por fundamentales y puede sorprender a lo largo de 2004, recuperándose tras unos primeros meses a la baja. De hecho el descenso de su cotización respecto al euro sorprende, dadas las cifras de crecimiento económico de Estados Unidos.

"La explicación es atribuible a las expectativas de mejora de las economías en otras regiones del mundo, especialmente Europa y Japón. Así, si se confirma la recuperación, será la primera vez en muchos años que los países desarrollados crezcan de manera sincrónica. El riesgo es que la financiación de los posibles déficit provoque competencia adicional por el ahorro global, contribuyendo aún más a desequilibrar las cuentas exteriores de EE UU. A ello se añade que los bancos centrales de Asia, con abundante volumen de activos en dólares, lleguen a optar por diversificar las divisas mantenidas en su distribución de reservas", explican.

El euro, a 1,40 dólares

Ángel de la Fuente, responsable de renta variable de JP Morgan, considera que el dólar alcanzará un mínimo de 1,40 frente al euro en torno al mes de septiembre, para finalizar el año en los 1,35 dólares por euro. "Desde el punto de vista de un inversor español, sería recomendable seguir en euros, y a partir de que la divisa estadounidense toque ese mínimo volver al dólar, ya que empezará a recuperarse frente al euro y, por tanto, dará ganancias a los inversores. Dependiendo del riesgo que quiera asumir el inversor puede ir a la Bolsa, bonos o colocar su capital en un fondo de dinero sin riesgo y que se verá beneficiado por la revalorización futura del dólar y por la subida de los tipos de interés. Nosotros preferimos la bolsa frente a los bonos", concluye.

Arlo Carrió, gestor de Sabadell Banca Privada, dibuja distintos escenarios en los que interesará más el euro o el dólar. "El dólar fuerte tendrá un efecto beneficioso sobre los bonos europeos por cuanto permitirá nuevas bajadas de tipos de interés y, por tanto, ganancias en precios. Al mismo tiempo, perjudica a la bolsa europea ya que reduce los beneficios de las empresas exportadoras y, aunque la bolsa de Estados Unidos esté más cara, podría subir más". Para este experto es clave el comportamiento de los países asiáticos en la fortaleza o debilitamiento del dólar. Si China acepta depreciar su cambio frente al dólar, permitirá que el resto de países asiáticos puedan fortalecer sus divisas y de este modo se quitará presión al euro que, actualmente, soporta toda la depreciación del euro.

El castigo al dólar ha sido notable en los últimos meses y la estrategia económica y política en Estados Unidos apunta a que no saldrá en su defensa. Mientras, en Europa ya se apunta a la posible intervención del BCE para frenar el ímpetu de su moneda.

El euro ha marcado en este mes de enero su máximo al cotizarse a 1,29 dólares.
El euro ha marcado en este mes de enero su máximo al cotizarse a 1,29 dólares.AP

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