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LA POSGUERRA DE IRAK

Tres soldados muertos en un ataque elevan a 500 las víctimas de EE UU

Una potente bomba estalla cerca de Bagdad

Jorge Marirrodriga

Cinco personas murieron ayer, tres soldados estadounidenses y dos miembros de la Defensa Civil iraquí, por la explosión de una bomba cerca de la localidad de Taji, a unos 30 kilómetros de Bagdad. Otros tres militares de EE UU resultaron heridos en la misma acción. Con los fallecidos ayer se eleva a 500 el número de soldados estadounidenses muertos en Irak desde que el 20 de marzo el presidente, George W. Bush, ordenara la invasión del país.

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A media mañana, una patrulla del Ejército estadounidense formada por soldados de la 4ª División de Infantería de Estados Unidos realizaba una patrulla conjunta con varios efectivos de la Defensa Civil iraquí, un cuerpo de nueva creación semejante a la Guardia Civil española. Su misión era localizar posibles artefactos explosivos colocados en la carretera por la insurgencia iraquí a la espera del paso de algún convoy militar. Sin embargo, no advirtieron la presencia de una bomba entre Taji y el pueblo de Awad que, accionada por control remoto, estalló al paso de su vehículo blindado, que quedó envuelto en llamas.

Según explicó un portavoz de la 4ª División, el teniente coronel Bill MacDonald, la bomba estaba formada por dos proyectiles de artillería de calibre 155 milímetros rodeados a su vez por otra cantidad de munición sin determinar.

La fuerte explosión pudo escucharse en varios kilómetros a la redonda y formó un importante cráter. Minutos después, tropas de EE UU expulsaron del lugar a algunos jóvenes que pretendían llevarse objetos de los vehículos atacados y sellaron la zona, a la vez que varios helicópteros comenzaron a sobrevolar los alrededores. Poco más tarde eran detenidos tres iraquíes que viajaban en una camioneta blanca; en su interior, según los estadounidenses, se encontraron materiales explosivos y otros susceptibles de ser empleados en la fabricación de bombas.

Con las tres muertes de ayer, las fuerzas de EE UU en Irak alcanzan las 500 bajas desde el 20 de marzo, fecha del inicio de la guerra. De ellas, 346 se han producido como consecuencia de ataques directos y otras 154 por otras causas, principalmente accidentes, pero también algunos suicidios, como ha reconocido el mando estadounidense. La mayor parte de los fallecimientos se han producido después del 1 de mayo de 2003, final oficial de la guerra que expulsó a Sadam Husein del poder.

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En la primera guerra del Golfo (1991) las bajas totales de EE UU fueron unas 320, mientras en Afganistán los estadounidenses han perdido 100 hombres, a pesar de que las acciones militares de la Operación Libertad Duradera todavía continúan abiertas en el sur y en el este del país. A pesar de que en Irak las cifras de muertos sobrepasan ambas juntas, las autoridades civiles y militares en Bagdad siguen insistiendo en que la violencia contra las tropas de la coalición internacional está decreciendo. Oficialmente, los ataques diarios que se producen en Irak contra estadounidenses, británicos y otros contingentes internacionales son 15, mientras que en noviembre eran 40. Sin embargo, las mismas fuentes aseguraban en noviembre que el número de ataques de la resistencia era de tan sólo 20. En cualquier caso, los estadounidenses están variando de estrategia. Por ejemplo en Bagdad, la policía iraquí cada vez asume más responsabilidades en el interior de la capital, mientras los militares se han desplazado hacia las afueras, en un intento por reducir su presencia y por tanto el riesgo de sufrir atentados en el centro de la ciudad.

Varios iraquíes observan el tamaño del cráter dejado por la explosión de una bomba en la localidad de Taji.
Varios iraquíes observan el tamaño del cráter dejado por la explosión de una bomba en la localidad de Taji.REUTERS

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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