El precio de regresar a Bagdad

Adnan Pachachi, que este mes ocupa la presidencia del Consejo de Gobierno iraquí, encabezará la delegación que mañana se entrevistará con el secretario general, Kofi Annan, para pedir el regreso de la ONU a Irak. Pachachi viaja acompañado de los ministros de Exteriores, Yoshyar Zebari, y de Planificación, Mahdi al Hafez. También integran la delegación Ahmed Chalabi, un miembro del Consejo próximo al Pentágono, y Adel Abdul Mehdi, asesor del líder chií Abdel Aziz al Hakim.

"Espero que las conversaciones aporten resultados positivos", dijo Pachachi antes de salir hacia Nueva York. "Explicaremos al secretario general lo que la ONU puede aportar en los próximos meses a medida que Irak vaya recobrando su soberanía", añadió. El presidente interino comparecerá en una sesión especial del Consejo de Seguridad para informar, entre otras cosas, de su reciente encuentro con el ayatolá Alí al Sistani, el máximo líder religioso chií y partidario de la retirada inmediata de Washington. Sistani pretende que el Gobierno provisional que tomará las riendas del país en julio sea elegido directamente, una opción que la ONU y EE UU descartan de momento. Pero la situación sobre el terreno es muy inestable y Washington espera encontrar una solución intermedia con la ayuda de Naciones Unidas.

Annan por ahora prefiere mantenerse al margen del proceso. Aunque no lo ha dicho tan claramente, el secretario general no quiere mandar un nuevo contingente mientras los estadounidenses manden en Bagdad. De eso hablará hoy con el administrador civil de EE UU en Irak, Paul Bremer.

En su última comparecencia ante el Consejo de Seguridad, en diciembre pasado, el ministro de Exteriores iraquí, Zubari, criticó abiertamente a la ONU por actuar en Irak desde sus bases de Chipre y Ammán, y acusó incluso a la organización internacional de haber tolerado a Sadam Husein durante décadas. Esta vez el mensaje que recibirá Annan será más diplomático pero no menos contundente.