_
_
_
_

Interior diseña una brigada para custodiar los vuelos en los que expulsa a inmigrantes

Un avión fletado por el Gobierno viajó ayer a Rumania con 70 irregulares y 160 policías

Jorge A. Rodríguez

Las expulsiones masivas de inmigrantes están creando un problema económico y de personal al Ministerio del Interior. El departamento de Ángel Acebes ha tenido que implementar para este año 18,6 millones para hacer frente al creciente número de vuelos chárter con irregulares que semanalmente parten hacia Colombia, Nigeria o Rumania. Ayer mismo salió hacia este último país un vuelo con 70 inmigrantes y 160 antidisturbios desarmados custodiándolos, tantos como toda la plantilla policial de Huesca. Por ello, Interior tiene "muy avanzada" la creación de una brigada especial con agentes de Extranjería para dedicarla en exclusiva a este menester y evitar así la sangría de efectivos de otras unidades.

Más información
Al menos 16 inmigrantes mueren tras zozobrar su patera en la costa de Fuerteventura

Las expulsiones masivas de inmigrantes se han multiplicado desde el año pasado, especialmente tras la firma de 20 convenios de readmisión de irregulares firmados con otros tantos países. Prácticamente cada semana parte un vuelo chárter con extranjeros, cada uno de los cuales va escoltado por dos agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP), además de los funcionarios de la Brigada de Extranjería que llevan la documentación y los trámites de devolución.

Los vuelos, contratados mayoritariamente con Air Europa, se hacen siempre igual: dos policías desarmados por cada inmigrante más una fuerza de reacción para un hipotético conflicto. Los extranjeros van sin grilletes ni lazos de seguridad mientras los agentes van desarmados, ya que al salir de España pierden el carácter de agentes de la autoridad y, por ello, carecen de autorización para portar armas de fuego (sí llevan la porra) en el país de destino, aunque no se bajen del avión.

Ayer mismo partió de Barajas un vuelo con 70 inmigrantes rumanos rumbo a su país custodiados por 160 agentes de las UIP, según informaron fuentes policiales. El pasado día 2, otro avión con 60 inmigrantes y 140 antidisturbios partió hacia el mismo país. Cada inmigrante va sentado con un policía a cada lado y disfruta del cátering (como en todos los aviones civiles). Los inmigrantes embarcan a través de los finguer o son arribados al pie de los aparatos en jardineras (los autobuses de los aeropuertos). Al avión ya suben con un agente agarrado a cada brazo del expulsado.

"Normalmente no ocurre nada, porque no son delincuentes ni están detenidos, pero, por si acaso, siempre va en el avión, además de los dos agentes que custodian a cada extranjero, una fuerza de reacción, de unos 15 agentes", aseguran agentes que ya han ido en varios vuelos. "A los únicos que se inmoviliza es a los que son delincuentes y pueden ser peligrosos", añaden.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Los agentes que ayer volaron a Rumania regresaron en el mismo avión, sin llegar a bajarse (tampoco se bajan cuando vuelan a Nigeria y otros países africanos), pero sí hacen noche en el país cuando se trata de un vuelo a Ecuador o Colombia. Esto incrementa las dietas de los agentes y, además, obliga a compensarles con días de descanso.

Éste es el motivo por el que la Comisaría General de Extranjería ha planteado la creación de una brigada especial para expulsiones, bajo su dependencia, que asuma estas tareas. Las fuentes policiales consultadas indican que la iniciativa se encuentra "en avanzado estado de estudio". Supondría "una reorganización", con el objetivo de especializar policías en estos cometidos "y economizar esfuerzos y dinero".

El incremento de las expulsiones ha obligado a cuadruplicar el presupuesto de Interior para este menester, que para este año se sitúa en 18.607.620 euros, frente a los 15.584.831 euros de este año.

Agentes antidisturbios esperan en Fuerteventura para una expulsión masiva, en noviembre de 2001.
Agentes antidisturbios esperan en Fuerteventura para una expulsión masiva, en noviembre de 2001.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_