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Detenida la mujer del ex director financiero de Parmalat por retirar fondos de cuentas secretas

La policía registra la sede de Citigroup en Milán para verificar su relación con la empresa

Enric González

Fausto Tonna, el ex director financiero que organizó el gigantesco fraude contable de Parmalat, guardaba todavía un as en la manga. Su esposa, Donatella Alinovi, fue detenida ayer por retirar, la semana pasada, un millón de euros de una cuenta secreta de Parmalat que depositó en dos cajas de seguridad a su nombre. La investigación de los fiscales de Parma y Milán siguió centrándose en los bancos que trabajaban con el grupo parlamentario italiano. La sede milanesa de Citigroup, la mayor entidad financiera de Estados Unidos, fue registrada por la policía.

Donatella Alinovi siempre había asegurado no saber nada sobre la actividad laboral de su marido, Fausto Tonna, el irascible contable que, como director financiero y hombre de la máxima confianza del presidente y propietario, Calisto Tanzi, falseó durante años las cuentas de Parmalat para encubrir las pérdidas y las apropiaciones indebidas. La esposa de Tonna, sin embargo, sí sabía. Incluso tenía firma en varias de las cuentas secretas que, a través de sociedades con sede en Luxemburgo, habían recibido fondos desviados ilícitamente de Parmalat.

La semana pasada retiró casi un millón de euros de una de esas cuentas, en varios cheques de 50.000 euros cada uno que depositó en dos cajas de seguridad a su nombre en una entidad bancaria de Parma. La policía había descubierto ya la existencia de esas cuentas y las mantenía bajo vigilancia. Fue el propio Tonna quien habló por primera vez a los fiscales parmesanos de la red bancaria oculta en la que recibía bonificaciones extraordinarias, en dinero negro, por su manipulación de los balances.

La policía detuvo ayer a Donatella Alinovi, a la que el juez puso en arresto domiciliario bajo la acusación de lavar dinero negro, y se incautó de los dos cheques que contenían las cajas fuertes. Alinovi se convirtió en la décima persona detenida por el escándalo de Parmalat, el mayor grupo alimentario italiano, en el que durante más de una década se generó un agujero de al menos 8.000 millones de euros. Cuando fue informado de la detención de su esposa, Tonna, que declaraba en ese momento ante los fiscales, se negó a seguir hablando y pidió ser trasladado de nuevo a prisión.

Según Calisto Tanzi, el fundador, dueño y presidente, los grandes bancos conocían la situación del grupo y, sin embargo, siguieron respaldando las emisiones de deuda y cobrando las preceptivas comisiones hasta que, a mediados de diciembre pasado, se llegó a una situación de insolvencia. Entre los bancos señalados por Tanzi figuran los mayores de Estados Unidos (Citigroup, JP Morgan Chase y Bank of America) y de Italia (Capitalia, Intensa, San Paolo y Monte Paschi di Siena). La sede milanesa de uno de ellos, Citigroup, fue registrada ayer por la policía, que buscaba documentos sobre la relación entre la entidad y Parmalat.

Los abogados de Citigroup intentaron el martes retomar la iniciativa y presentaron una demanda contra Parmalat, afirmando que en 2003 la empresa les había encargado, con engaños y basándose en datos falsos, la colocación en el mercado de obligaciones por importe de 200 millones de euros.

Más control en Bolsa

El Gobierno de Silvio Berlusconi, que a finales de diciembre aprobó una ley específica para facilitar la suspensión de pagos de Parmalat y su tutela por parte del Ministerio de Actividades Productivas (Industria), se plantea estos días un reforzamiento de la Consob, la comisión de control de la Bolsa, para dotarla de poderes similares a los de la Securities and Exchange Commision (SEC) estadounidense.

La reforma, sin embargo, tiene un trasfondo político. El ministro de Finanzas, Giulio Tremonti, está enfrentado al gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, nombrado por la anterior mayoría de centro-izquierda, y quiere aprovechar el caso Parmalat para forzar su retirada o, al menos, para reducir los poderes del banco central. La izquierda está dispuesta a que se mejore la capacidad de la Consob y a que se haga lo posible por evitar nuevos fraudes, pero se niega a que esos cambios sean a costa de Fazio y del Banco de Italia.

Donatella Alinovi acude a declarar el pasado 3 de enero.
Donatella Alinovi acude a declarar el pasado 3 de enero.AP

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