El superpegamento de los mejillones se basa en el hierro del agua marina

La fortísima adherencia de los mejillones a las superficies y entre ellos mismos se debe a hilos de un biomaterial que forman secuestrando hierro del agua marina, han encontrado científicos estadounidenses. Es la primera vez que se documenta que un metal de transición es un elemento clave en un material biológico no cristalino, según la Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos. El descubrimiento, publicado en Angewandte Chemie, puede llevar a encontrar métodos para que los mejillones no causen daños en los cascos de los barcos o se transporten accidentalmente a otros lugares, donde son especies invasivas, como los mejillones cebra.

Los investigadores estudiaban el pegamento que produce el mejillón común Mytilus edulis con el objetivo de conseguir versiones sintéticas para aplicaciones en el sector de los pegamentos de uso quirúrgico o doméstico. Hallaron que los bivalvos extraen el hierro metálico del agua marina y lo utilizan para unir proteínas en forma de red muy fuerte y adherente de moléculas fibrosas. En el laboratorio, los 800 mejillones objeto del estudio se adhieren a cualquier superficie, incluido el teflón. "Tenemos curiosidad por saber si este mecanismo de unión de proteínas mediado por un metal, recién descubierto, es algo común en la biología. Vamos a estudiar los pegamentos de otros seres vivos, como las ostras, lapas y percebes", ha dicho Jonathan Wilker, que ha realizado la investigación en la Universidad de Purdue como becario de la Fundación Nacional para la Ciencia. Otros especialistas han resaltado la posibilidad de utilizar este mecanismo para crear nuevos materiales de diseño, con las características deseadas de plasticidad, fortaleza y adhesividad que pudieran incluso ser dependientes del potencial eléctrico aplicado.