Muere acuchillado un inmigrante en los cuarteles de Sant Andreu

Un inmigrante argelino de 24 años, Mohamed S., murió ayer desangrado a causa de las heridas de arma blanca que sufrió durante una pelea que mantuvo con un compatriota en los cuarteles de Sant Andreu de Barcelona. La juez que lleva el caso, con el que el Ministerio de Defensa pretende poner fin a la ocupación, dictó hace unos días un auto que insta al abandono de los cuarteles en el mes de febrero.

Los dos inmigrantes eran amigos y compartían espacio en uno de los dos edificios conocido como "las casas de los coroneles", en el número 118 del paseo de Torras i Bages, según explicaron otros habitantes de las instalaciones, que ayer no se explicaban qué pudo originar la pelea. Una discusión sobre el uso del espacio o por el respeto de las horas de descanso, o bien exceso de alcohol son algunas hipótesis que, a falta de testigos, se barajaban ayer.

La víctima murió desangrada a causa de un profundo corte producido por una puñalada en la arteria femoral. Aunque tampoco se sabe con certeza a qué hora comenzó la pelea, agentes del Cuerpo Nacional de Policía que patrullaban por la zona alertaron a las 9.20 a los servicios de emergencia del 061, que no pudieron hacer nada por salvar la vida a Mohamed S. La policía investiga el caso y está intentando identificar al agresor.

Peleas como la de ayer han sido frecuentes en el antiguo recinto militar abandonado. Tanto ahora, cuando apenas lo habitan entre 75 y 100 personas, como cuando el pasado verano sus moradores llegaron a ser más de 600, las broncas han sido habituales: por comida, por un sitio donde dormir, por robos o por disputas entre inmigrantes de la misma procedencia o de distintas nacionalidades.

Lo saben bien los vecinos del paseo de Torras i Bages. La presidenta de la asociación de vecinos Sant Andreu Nord, Carmen Castillo, se lamentaba de "la degradación" en que viven los ocupantes de los cuarteles y se mostraba convencida de que problemas como el de ayer son consecuencia de las "pésimas" condiciones del recinto.

La ONG Metges del Món, que desde la pasada primavera atiende a los inmigrantes en un consultorio que instala todos los jueves y realiza un seguimiento médico de quienes se acogen a su programa, denunció también "la falta de garantías en el respeto a los derechos humanos que ofrecen las administraciones de Barcelona, catalana y, sobre todo, española" a los inmigrantes de los cuarteles. "Esta muerte no puede aislarse de la situación de exclusión social que padecen", afirmó la ONG en un comunicado.

A la espera del tantas veces anunciado desalojo, el ambiente en los cuarteles es cada día más desértico y tétrico. Tras el plan de saneamiento y derribos del Ayuntamiento, apenas quedan edificios en pie. En el lado de mar, sólo las dos "casas de los coroneles". Y en el lado de montaña, los bloques no llegan a ser media docena. Por su parte, Cruz Roja informa de que ha realojado a 367 inmigrantes dentro del plan que le encomendó el Departamento de Bienestar Social de la Generalitat.

Por otra parte, la policía detuvo en la mañana de ayer en Terrassa a Elviro L. M., de 46 años, acusado de apuñalar mortalmente unas horas antes a M. M. A., de 50 años. El detenido tiene 18 antecedentes policiales por robo.