El veto a miles de candidatos reformistas pone en peligro las elecciones en Irán
Un diputado califica de golpe de Estado la medida del conservador Consejo de Guardianes
El veto del conservador Consejo de Guardianes de la Constitución a cientos de candidatos reformistas a las elecciones de febrero sumió ayer a Irán en una crisis política que amenaza con acabar en la suspensión de los comicios y en el bloqueo de las instituciones. A pesar de un llamamiento a la calma del presidente Mohamed Jatamí, 60 diputados iniciaron una sentada y 27 gobernadores (todos menos uno) amenazaron con dimitir. La decisión, que fue calificada de "golpe de Estado" por un representante reformista, afecta a 80 diputados y a entre 2.000 y 4.000 candidatos.
Un portavoz del Consejo de Guardianes indicó a la agencia oficial IRNA que la medida afectaba a 2.033 candidatos, sobre un total de 8.145. Pero fuentes de la oposición afirmaron que la medida afectaba a muchos más, incluso a la mitad de los inscritos. Elaheh Kulaïe, una de las pocas mujeres parlamentarias, que no podrá volver a presentarse, señaló que la decisión afecta además a 80 de los 210 diputados reformistas (sobre un total de 290).
El rechazo decidido por el Consejo de Guardianes de la Constitución, un órgano de control en manos de los conservadores que no ha parado de sabotear las reformas del Gobierno iraní, afecta a nombres tan significativos como Mohamed Reza Jatamí, hermano del presidente y líder del Frente de la Participación, el principal partido de la Cámara.
"Creo que esto es una forma de golpe de Estado, un cambio de régimen no militar", señaló el diputado reformista Mohsen Mirdamadi, quien dijo que muchos parlamentarios pueden dimitir como protesta por la medida, que puede causar una crisis política de imprevisibles consecuencias. "Es el más grande rechazo de candidaturas de la historia", dijo Mohamed Reza Jatamí. "Si la decisión se mantiene, quedará probado que la democracia religiosa es sólo un eslogan", agregó.
"La situación es como, si en un partido de fútbol, el árbitro pidiese a un equipo que abandone el campo e invitase a marcar al otro equipo", afirmó por su parte el vicepresidente Mohamed Alí Abtani.
Muchos diputados optaron ayer por desafiar la medida de los conservadores: algunos iniciaron un sentada, otros protestaron a gritos durante la sesión parlamentaria. Pero muy pocos eran optimistas sobre el resultado de unas protestas que se enfrentan a la firme negativa de los conservadores. "La sentada continuará hasta que el Consejo de Guardianes dé marcha atrás", afirmó Kulaïe.
La decisión puede ser recurrida, pero sólo ante los 12 miembros del Consejo (seis juristas y seis religiosos), nombrados directamente por el guía supremo de la República Islámica, el ayatolá Alí Jamenei, uno de los líderes del bando conservador. El Consejo ha vetado numerosas decisiones del Parlamento, sobre todo una reforma electoral que impedía su control sobre las candidaturas.
El presidente iraní, que calificó de "sin sentido" la decisión, dijo que empleará todos los "medios legales para solucionar el problema" y subrayó que la medida "se contradice con los principios de la democracia religiosa" de Irán. Analistas y diplomáticos occidentales ya habían señalado antes de la medida que las elecciones del 20 de febrero iban a ser una prueba para la paciencia popular ante la lentitud de las reformas, obstaculizadas constantemente desde el poder religioso. Muchos temen que vuelva a producirse una oleada de protestas entre los estudiantes.
Mohamed Reza Jatamí señaló ayer que, en caso de que el Consejo no dé marcha atrás, podría pedir al Gobierno que anule los comicios. "Dudo mucho que lleguen a celebrarse las elecciones con tantos candidatos vetados", dijo el analista político Husein Rasam, que, sin embargo, se mostró confiado en que se llegue a algún tipo de acuerdo.
El Ministerio del Interior, en manos de los reformistas, calificó de "ilegal" la medida y aseguró que, al violar la ley electoral, no será aplicada. Los gobernadores de 27 provincias amenazaron con dimitir si la decisión no era revocada en una semana.
Los diputados afectados son sobre todo aquellos que han desafiado en los últimos meses a los poderosos órganos conservadores en manos de los religiosos. Oficialmente, según el portavoz del Consejo, Mohamed Jahromi, los candidatos han sido excluidos por "no respetar el islam" y por "no ser fieles a la Constitución y al principio de Velayat Fagih", teoría sobre la primacía de la religión en la política, principio en el que se basan los amplios poderes del Guía Supremo Alí Jamenei.
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