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Botín y González pactan una etapa de "no agresión" entre los dos grandes bancos

Los presidentes del Santander y del BBVA coinciden en que el rival a batir son las cajas

Íñigo de Barrón

Emilio Botín y Francisco González, presidentes del Santander y del BBVA, se reunieron pocos días antes de Nochebuena para iniciar una nueva etapa de entendimiento y acabar así con los enfrentamientos del pasado. En el encuentro, inusual porque hacía más de año y medio que no se celebraba, acordaron colaborar en asuntos relevantes, dentro de la competencia comercial que mantienen. Sobre la mesa estuvieron la apertura del mercado financiero de la UE y el futuro de América Latina. Los dos banqueros coincidieron en que el rival a batir son las cajas, que ya controlan más del 50% del mercado.

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Unos días antes de Nochebuena, Francisco González acudió a la sede madrileña del Grupo Santander para desayunar con Emilio Botín. En la próxima ocasión, el anfitrión será González, que ya ha ultimado la reforma de las plantas nobles de su sede en el paseo de la Castellana en Madrid. Los banqueros, ayudados quizá por el ambiente navideño, dieron por zanjadas las polémicas del pasado. Según confirmaron fuentes de los dos bancos, que reúnen en conjunto una cuota superior al 35% del mercado, el encuentro, conocido sólo por un escogido grupo de colaboradores, se desarrolló en un ambiente cordial.

Antes de la cita, Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado del Santander, y José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado del BBVA, allanaron el camino para facilitar el encuentro. Pese a la competencia, ambos ejecutivos, que trabajaron juntos en el BBV, mantienen una buena amistad desde años.

El crecimiento de las cajas

Entre los temas debatidos destacaron su papel en el mercado bancario español, el futuro de América Latina, la apertura de mercados financieros en la UE y el convenio laboral, un quebradero de cabeza después de casi un año sin lograr un acuerdo. Los dos banqueros coincidieron en que son las cajas de ahorro las que más daño les están haciendo en el campamento base, el mercado español, por lo que no tiene sentido que se desgasten en enfrentamientos mutuos. No hay que olvidar que estas entidades han doblado su cuota de mercado en las últimas dos décadas hasta acaparar la mitad del mapa financiero: le pisan los talones a los bancos en créditos (45,6%) y en recursos ajenos (47%) y les superan en hipotecas (54,5%) y depósitos de empresas y familias (54,2%).

González y Botín tenían apuntados los últimos dardos envenenados lanzados por el contrario. La aplicación del Código de Buen Gobierno ha sido uno de los dolorosos. El Santander se arrogó "un liderazgo indiscutible" en la banca española. Como ejemplo, Botín confesó su salario en el banco. El BBVA respondió. A las pocas semanas González señaló que "cuando el BBVA publique los sueldos de sus consejeros lo hará de verdad, es decir, incluyendo todos los ingresos". En el aire quedó que Botín podía recibir otros emolumentos además de los comentados, algo que sentó muy mal en el Santander.

Más adelante, Botín defendió la teoría de por qué no querían comprar bancos en Europa, debido a la falta de ventajas de esta operación. Cuando se produjeron estas declaraciones, el Santander atravesaba un momento delicado. La crisis de América Latina le provocó una fuerte bajada del capital, hasta límites que casi hicieron saltar las alarmas en el Banco de España.

González, en una situación más holgada de recursos propios, aprovechó el momento para lanzar el aviso: "Nosotros sí estamos de compras porque creemos que es una buena opción. Además, lo haremos desde el asiento del conductor, que es como nos lo planteamos en el BBVA". Otra muesca más en la batalla.

Pero el Santander no se quedó corto a la hora de devolver la pelota. González, durante la última crisis del real brasileño, poco antes de la llegada de Lula al Gobierno, decidió vender su filial carioca para aminorar el impacto de esa tormenta en su cotización.

Poco después, Francisco Luzón, consejero director general de Latinoamérica, afirmó que "quien no está en Brasil no está en América Latina. El BBVA y nosotros no somos iguales: ellos no están en Portugal, no tienen un negocio de crédito al consumo en Europa, ni están en Brasil. La diferencia es enorme".

El enfado en el BBVA también fue enorme. Sobre todo porque los mercados parecieron darse cuenta de esas diferencias y uno (el Santander) empezó a subir en Bolsa y el otro (el BBVA) a bajar.

Sin embargo, la reunión ha sido un bálsamo para la sufrida cotización del banco vasco: desde que se produjo hasta el viernes pasado, la acción ha subido un 7,8%, frente al 3% que había acumulado en los 11 meses y medio anteriores.

Francisco González (izquierda) y Emilio Botín, durante un encuentro celebrado en octubre de 1999.
Francisco González (izquierda) y Emilio Botín, durante un encuentro celebrado en octubre de 1999.GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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