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Philips cierra una fábrica de 100 empleos en Barcelona para llevar la producción a Francia y Alemania

La luz de Philips en España se apaga en Barcelona. La multinacional holandesa anunció ayer lo que era un secreto a voces: el cierre de su fábrica de luminarias de La Garriga (Barcelona), la antigua Novalux, que emplea a un centenar de trabajadores. La decisión ha sido adoptada tras un periodo de frustradas negociaciones con grupos industriales, empresas de iluminación y sociedades de capital riesgo, para la venta de la planta, que en la pasada primavera despertó el interés de los propietarios de la empresa de pequeños electrodomésticos Taurus.

"Lo hemos intentado todo", lamentaba ayer un portavoz oficial de la multinacional en España. El cese total de las actividades está previsto que se produzca en junio de 2004, aunque el consejero de Trabajo e Industria del nuevo Gobierno catalán, Josep Maria Rañé, no se lo toma como "una decisión dicha y terminada".

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Pese a la "sorpresa" manifestada ayer por los sindicatos, el primer ejecutivo de Philips Ibérica, Javier Ramiro, ya advirtió en abril de 2003 que la viabilidad de la fábrica de La Garriga era "complicada" y que iría reduciendo poco a poco su carga de trabajo si no encontraba un comprador.

Philips Ibérica achacó ayer el cierre a la "progresiva reducción" de la demanda de los productos fabricados en La Garriga (lámparas empotrables y regletas para uso industrial), a su "permanente reemplazo" por otras gamas internacionales en los últimos años y a la "falta de competitividad" en los mercados europeos a causa del "pequeño tamaño" de esa planta barcelonesa.

Para CC OO y UGT, en cambio, el cierre "no se debe a motivos productivos ni económicos", sino a una decisión de la matriz de "terminar la producción de luminaria en España".

Sin embargo, la compañía jamás ha facilitado -ni siquiera al comité de empresa, según fuentes sindicales- los estados contables de la planta de La Garriga, puesto que Philips contabiliza su actividad en España en una única cuenta de resultados, que incluye además su operativa en Portugal. En 2002, Philips Ibérica obtuvo un benefico operativo de 20 millones de euros, un 17,6% más que el ejercicio anterior, mientras que, por el contrario, las ventas registraron una caída cercana al 12%, hasta los 981 millones de euros.

Proceso de adelgazamiento

Philips no renuncia, pese al cierre de Novalux, a la fabricación de iluminación industrial. La producción de La Garriga se trasladará a sendos centros que tiene la multinacional holandesa en Francia y Alemania, que, al ser de mayor tamaño, "esperemos que nos generará economías de escala y nos permitirá ganar competitividad", según portavoces de Philips.

Esta medida forma parte de la política de Philips de dejar en Europa las actividades de innovación y desarrollo (I+D), ventas y comercialización, y cerrar las pequeñas factorías con que cuenta en cada país para concentrar su producción en grandes centros. El presidente de la multinacional de Eindhoven, Gerard Kleisterlle, ya anunció en agosto su intención de cerrar en los próximos años 50 de los 150 centros productivos que posee en el mundo para ahorrar costes. Desde el ascenso de Kelisterlee, hace dos años y medio, Philips ha recortado ya más de 50.000 empleos, y quedan 170.000 trabajadores.

En España, tras el cese total de las actividades de Novalux, la presencia de Philips se reduce a una fábrica de bombillas en la Zona Franca de Barcelona con 200 trabajadores, puesto que en abril de 2003 también vendió Miniwatt (Barcelona), hoy denominada Barayo, al grupo holandés Business Creation por sólo 135.000 euros, lo que ha motivado una querella criminal de CC OO.

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