Absuelto un médico que dejó un apósito en el vientre de una paciente
La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto a un cirujano de una clínica privada que olvidó una compresa entre los intestinos de una paciente a la que operó en septiembre de 1999 para extirparle el útero. La mujer estuvo "128 días incapacitada para la vida normal", durante los cuales sufrió dolores, fiebre y una depresión, hasta que fue operada de nuevo por el mismo cirujano para extirparle el "cuerpo extraño". La paciente sufre desde entonces de "adherencias intestinales".
La acusación particular pedía una condena de dos años de cárcel, una inhabilitación para ejercer la profesión de tres años y una indemización de 83.000 euros, por un "delito de lesiones por imprudencia grave, con resultado de deformidad", según el artículo 152, en relación al artículo 150, del Código Penal de 1995.
La condena solicitada por el fiscal, "por un delito de lesiones", era de 14 fines de semana de arresto domiciliario y una indemnización de 18.700 euros. La abogada del cirujano, Carmen Ranera, pidió la absolución.
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial, en un fallo en el que ha actuado de ponente la magistrada María Cruz Álvaro López, ratifica el fallo absolutorio dictado el 25 de noviembre de 2002 por el Juzgado de lo Penal número 8, en el que el juez consideró que no quedó demostrado el "dolo" (intencionalidad en el olvido) ni la "culpa penal" del cirujano. En este sentido, el fallo considera que no ha quedado demostrado que el cirujano, y no el resto de personal presente en el quirófano, fuera el responsable de asegurarse de que todas las compresas utilizadas durante la intervención fueran retiradas del cuerpo de la mujer.
Cinco ecografías
El fallo relata que V. G. G. entró en el quirófano de una clínica privada el 27 de septiembre de 1999 para que le fuera extirpado el útero. Tras un posoperatorio "sin incidencias", la paciente empezó a sufrir cansancio, fiebre y dolores. En los tres meses siguientes, V. G. G. visitó al menos en cinco ocasiones a su médico de cabecera, que la sometió a varias exploraciones físicas, análisis de sangre y cinco ecografías.
En un primer momento, el médico de cabecera le recetó antibióticos creyendo que lo que la paciente sufría era una infección. El 20 de diciembre de ese año, casi tres meses después de la intervención, el médico finalmente recomendó a la mujer que "acudiera a la clínica para que le hicieran unas radiografías". Las placas demostraron un día después la existencia de un cuerpo extraño entre los intestinos de la paciente, que fue intervenida por el cirujano el 22 de diciembre. Tras un nuevo posoperatorio sin problemas, la mujer se restableció a finales de enero, tras estar 128 días incapacitada y sufrir una "depresión reactiva".
La sentencia cierra la vía penal abierta contra el cirujano, pero señala que la paciente puede continuar su reclamación por la vía civil para solicitar una indemnización económica.
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