El Gobierno espera que las plantas de energía frenen la contaminación
Medio Ambiente considera aún posible cumplir el Protocolo de Kioto
El Gobierno confía en que las nuevas plantas energéticas, tanto la incineradora de basuras que se abrirá en Vizcaya como las centrales de ciclo combinado, reducirán la emisión de gases contaminantes que causan el efecto invernadero. El consejero de Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga, considera "difícil, pero no imposible" el cumplimiento de los límites establecidos por la UE, que en Euskadi se rebasan ahora en casi el doble. Intxaurraga presentó ayer los datos de una encuesta entre 10.000 hogares vascos, de los que el 84% coincide en pedir más información medioambiental.
El Protocolo de Kioto establece el control de la emisión de gases nocivos que, en el caso de la Unión Europea, establecía que en 2012 se contaminase un 8% menos que en 1990. En el caso de España, se autorizó un incremento del 15% de las emisiones. Aunque Euskadi es la comunidad autónoma que presenta los mejores datos, actualmente se rebasa con amplitud ese límite. Los análisis del Gobierno vasco fijan un aumento del 28,6% con relación a 1990, más de 13 puntos por encima de lo establecido.
El consejero de Medio Ambiente admitió las dificultades de cumplir el Protocolo de Kioto sobre los gases de efecto invernadero, "pero diría que no es imposible". Aseguró que la clave para ello es la reducción en el uso de los vehículos privados. El sector del transporte es en estos momentos el segundo más contaminante, con un 26% del total de emisiones, y es el que más ha crecido en ese sentido desde 1990 (un 71%). Por ello, volvió a pedir un mayor uso del transporte público, "que es moderno, bueno y puntual", mientras que el privado sólo debe emplearse "cuando es absolutamente necesario".
Zabalgarbi
Intxaurraga negó la previsión que han apuntado los colectivos ecologistas de que las emisiones contaminantes van a crecer con la puesta en marcha de las nuevas plantas energéticas de Euskadi: las dos Bahías (de electricidad y gas), en servicio desde el pasado año; la incineradora de basuras de Zabalgarbi en Bilbao, cuya entrada en funcionamiento está prevista para mediados de este ejercicio, y la central de ciclo combinado de ESB en Amorebieta, que se pretende abrir a finales de 2005.
El consejero agregó que se podrá cumplir el Protocolo de Kioto si, gracias al servicio de estas nuevas instalaciones, se cierran las plantas de carbón de Pasaia y Santurtzi, que causan mayor contaminación.
Admitió que existen otros sistemas de generación de electricidad menos tóxicos, pero precisó: "Vivimos en un país de dimensiones reducidas y la apuesta por las energías renovables siempre va a ser limitada". Intxaurraga señaló que para 2012 se pretende conseguir, a través de los métodos limpios, el 12% de las necesidades energéticas vascas. Su viceconsejero, Iñaki Ezkurra, precisó que la incineradora de Zabalgarbi va a "restar probablemente" las emisiones de efecto invernadero. Explicó que, al reducirse el depósito en los vertederos, se disminuye la generación de metano que, a su vez, calienta la atmósfera. Intxaurraga apuntó que, si no existiese una reducción de los desechos en origen y el reciclaje, la incineración sería "negativa". "A Zabalgarbi tiene que ir el último residuo, el que no tiene solución", sostuvo.
El Ejecutivo niega que haya falta de control sobre el 20% de los residuos tóxicos que se generan en la comunidad autónoma (más de 57.000 toneladas) como sostiene Ekologistak Martxan, la principal plataforma ecologista vasca. "Existe un control riguroso. Desde 2000, los inventarios no son estimativos", señaló el viceconsejero, quien afirmó que ahora se realizan sobre los circuitos de generación de los desechos tóxicos.
Ezkurra rechazó también que se hayan desmantelado los servicios de inspección de residuos peligrosos y anunció que en los próximos días se presentará el plan de inspección en esta materia hasta el año 2006.
Medio Ambiente presentó ayer además la encuesta que ha realizado entre 10.000 hogares vascos, que fueron los que respondieron, entre los 800.000 a los que en diciembre se enviaron datos sobre la evolución del medio ambiente. Un 84% reclama más información medioambiental y un 70% afirma que la falta de concienciación es el mayor freno para un mejor comportamiento en esta materia.
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