Adornos religiosos
En la Navidad, Madrid se engalanaba con luces y adornos que realzaban en fechas tan señaladas las calles, dotándolas de luces y coloridos propios de estas fechas tan esenciales para la mayoría cristiana de la población.
Eso era antes, porque ahora hemos visto sorprendidos, en un alarde de mal gusto, la retirada de símbolos religiosos y culturales propios de nuestra indiosincrasia, tales como el belén de la Puerta de Alcalá,por no hablar de la "depuración" de luces que padece la Gran Vía, con sus "cejas" luminosas, molestos gusanos horteras y carentes de significado y de buen gusto.
Nuestro alcalde parece llevar a cabo una batalla sorda contra los símbolos religiosos muy a la francesa; esperemos que no prohíba en un alarde de "tolerancia" los símbolos religiosos cristianos que proliferan en nuestra ciudad, o las mismas fiestas cristianas, que parecen tanto molestarle, aunque en el fondo le sean indiferentes.
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