¿El terremoto de Irán no es acción humanitaria?
El Gobierno de Irán y la Media Luna Roja hacen un llamamiento urgente para que la comunidad internacional les ayude a rescatar a los enterrados bajos las ruinas de la ciudad de Bam. La ONU, Francia, Italia y gran número de países, prestos envían socorros. Hasta Israel y EE UU ofrecen su ayuda. Aznar, en telegrama dirigido al presidente iraní, se muestra "profundamente conmovido", y nuestro Rey le transmite su "consternación" por la catástrofe.
Toda la ayuda internacional llega puntual. Toda, menos la española. Los veinte miembros de la ONG Bomberos Sin Fronteras -una de las primeras en reaccionar y movilizarse-, después de pasar la noche en Torrejón esperando el avión prometido, entre la perplejidad y la indignación tienen que volver a sus casas. ¿Por qué?, nos preguntamos los españoles. Al parecer, a la petición iraní le faltaba alguna póliza o no fue tramitada pidiéndoselo por favor y con humildad al responsable de nuestra Administración.
Cuando 72 militares españoles mueren en Turquía porque el ministerio busca el avión más económico y sus cuerpos yertos son recogidos como quien coge huesos del osario, cuando por problemas de coordinación se consiente en que mueran ahogados varias decenas de africanos a dos pasos de nuestra costa, ¿a quién le extraña que nuestra Administración no actúe con diligencia y sensibilidad ante el terremoto de Irán? Si se hubiera tratado de repetir la acción humanitaria de Irak, velozmente hubiera enviado nuestro Gobierno soldados, armas y pertrechos, sin reparar en trámites ni legalidades. ¿Pero cómo va hacerlo ante un terremoto, cuando ha subvertido el significado del término y a la guerra le llama acción humanitaria?
En casos como este, los Bomberos Sin Fronteras no son los únicos que se sienten avergonzados del Gobierno: somos muchos los españoles que compartimos su sentimiento.