Un hombre y su hija, asesinados a tiros en su chalé de Collado Mediano

Un vecino de Collado Mediano, Ramón Luque Gómez, de 59 años, y su hija Eva Luque Peinado, de 28, fueron asesinados ayer por la tarde en su domicilio, un chalé unifamiliar situado en la zona de El Mirador de esta localidad. Las primeras hipótesis, aunque no se descartan otras, apuntan a que un grupo de atracadores entró en la vivienda y acribilló de seis balazos a Luque y a su hija para robarles. La Guardia Civil, que mantenía anoche un hermetismo completo sobre el caso, se ha hecho cargo de las investigaciones para detener a los autores del doble crimen.

Los hechos se produjeron alrededor de las 19.30 en el domicilio que la familia Luque Peinado tiene en el número 6 de la calle de la Senda, esquina a la calle de Mirador. A esa hora, una llamada al teléfono de Emergencias 112 alertaba de que dos personas habían muerto por disparos de armas de fuego.

Fuentes de la investigación aseguraron que fueron la esposa de Luque y el novio de la hija quienes encontraron los cadáveres y llamaron a la policía. Otras fuentes, por el contrario, explicaron que la Guardia Civil acudió al lugar tras recibir un aviso de que estaba sonando la alarma en el domicilio.

El panorama con el que se encontraron los sanitarios de una ambulancia de la Cruz Roja, que fueron los primeros en llegar al chalé, era aterrador. La hija, Eva Luque, estaba caída en el suelo del salón y presentaba al menos cuatro impactos de bala que le alcanzaron el abdomen, el pecho y la nuca. Un gran charco de sangre rodeaba el cadáver. Mientras el propietario del chalé, Ramón Luque, estaba sentado en un sofá y, según los primeros indicios, tenía dos impactos de bala que le alcanzaron la frente y el cuello. Los médicos de una Uvi móvil del Summa sólo pudieron certificar su defunción.

El chalé se encuentra en una zona conocida como El Mirador de Collado Mediano. Son chalés unifamiliares con parcela y entradas independientes. Los vecinos no paraban de decir anoche que el lugar era muy tranquilo y que nunca se producían robos o problemas de inseguridad. "Eran unas personas muy amables que siempre tenían abierta la puerta del jardín", señaló un conocido de la familia. En el garaje del chalé estaba aparcado el BMW que tenía la familia.

"Me he quedado solo"

Uno de los momentos más dramáticos se vivió anoche sobre las 21.00 cuando llegó el hijo y hermano de los fallecidos, que se llama Ramón. Dos guardias civiles que custodiaban el camino de acceso al chalé le impidieron entran en éste. Nada más bajarse del vehículo de un familiar se abrazó a un amigo que estaba en las inmediaciones y prorrumpió en quejas y llantos: "¡Me he quedado solo! ¡Ya sólo tengo a mi madre!".

Mientras permanecía abrazado, el joven continuó llorando y diciendo que el año que mañana termina ha estado repleto de desgracias para la familia. Después se puso a hablar con otros dos amigos: "No sé nada. Sólo me han dicho que los han matado a tiros. Y encima no me dejan verlos". El joven, que trabaja como agente comercial de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios de la capital se encontraba destrozado y no paraba de hacerse preguntas. "¿Por qué me ha pasado esto?", repetía una y otra vez.

Al lugar acudieron agentes del grupo de homicidios de Policía Judicial de la comandancia de la Guardia Civil, que se hicieron cargo de las investigaciones de este doble homicidio. El juez de guardia decretó a última hora de anoche el levantamiento de los cadáveres y su traslado al Instituto Anatómico Forense, en la capital, donde hoy se les practicarán las autopsias. Guardias Civiles de paisano y de uniforme rastrearon todos los alrededores del chalé con linternas. Comprobaron bajo los coches y miraron en todos los contenedores de basura de la zona, incluido un parque cercano. Estaban buscando las pistolas que utilizaron los asesinos para matar a Luque y a su hija. Algunos vecinos señalaron en el lugar de los hechos que un poco antes de las siete de la noche vieron cómo un grupo no muy numeroso de personas salía corriendo por la calle del Mirador. No supieron precisar ni su número ni su aspecto.

Las primeras hipótesis que manejan los investigadores, según fuentes judiciales, son que el doble homicidio pudo deberse a un robo y que las víctimas intentaron resistirse. Esta teoría vendría avalada por el número de disparos que presentan las víctimas -dos y cuatro-, supuestamente efectuados con armas distintas. Sin embargo el interior de la vivienda estaba en orden, según las primeras inspecciones que efectuaron fuentes del caso. Anoche quedaba por comprobar si la familia echaba en falta algún objeto de valor en las habitaciones principales del chalé.

Pocos datos trascendieron anoche sobre la vida y profesiones de las víctimas. El hecho de residir en una urbanización de chalés unifamiliares que cambian frecuentemente de dueño motivó que algunos vecinos desconocieran quiénes eran las víctimas del doble asesinato.

Fuentes cercanas a la familia explicaron que el padre era constructor y que participó en la Expo 92 y en la edificación de las Torres KIO de la plaza de Castilla, en Madrid. La hija, por el contrario, estaba actualmente en paro y en busca de empleo. Algunos vecinos se limitaron a describir a Eva como "una buena jugadora de mus" que hacía pareja con su novio.