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Reportaje:

Comidas solidarias

En Barcelona hay 18 comedores sociales para las personas que no tienen techo ni familia

"¡En estos días en que todo el mundo anda de acá para allá en familia, te sientes tan solo en la calle, con el frío y lejos de tu tierra!". Antonio es portugués y tiene 36 años. Hace tres decidió dejarlo todo e ir a vivir a Madrid. Le habían contado que en esa ciudad era muy fácil encontrar trabajo. No tuvo suerte. Hace unos meses, volvió a dejar a su familia en Madrid, esta vez en pos de un sueldo digno en Barcelona. "¡Si llego a saber lo que me esperaba en Barcelona, no habría ido nunca!", exclama, emocionado.

En esta ciudad, después de pasar dos meses buscando trabajo, se le acabó el dinero para pagar la pensión. Desde el 4 de noviembre duerme en la calle, aunque su familia aún no lo sabe. Estas fechas le provocan una tristeza agonizante. Pero al menos, el día de Navidad podrá lavarse, abrigarse y comer caliente en uno de los 18 comedores sociales de la ciudad que durante estos días trabajan más duramente que nunca para dar a la gente sin recursos, además de una comida digna, una conversación y un poco de compañía.

Centre Assís ofreció una comida de Navidad a base de 'escudella', pollo, turrón y barquillos
"Si hubiera sabido lo que me esperaba, no vengo a Barcelona", dice Antonio, de origen portugués

Dos de estos comedores pertenecen al Ayuntamiento, mientras que los 16 restantes son gestionados por asociaciones independientes, muchas de ellas católicas. La Comunidad de San Egidio explica que cada día se sirven en Barcelona 1.635 comidas calientes, sin contar los bocadillos que se reparten. Esta misma comunidad calcula que en la ciudad hay unas 2.000 personas que duermen en la calle, y si a éstas les sumamos otros colectivos sin recursos, es evidente que la ayuda resulta insuficiente.

"Estamos completamente desbordados, cada día recibimos más solicitudes y no tenemos dinero suficiente para ayudar a tanta gente", explica Pilar Segovia, una de las fundadoras de la Asociación Obra Units. Se trata de una organización independiente que reparte vales para comer en fondas a familias con ingresos inferiores a la mitad de la renta media, alcohólicos en tratamiento o disminuidos psíquicos, todos comprobados por la asistenta social de la asociación. Gracias al trabajo solidario de los 21 voluntarios del centro, unas 300 personas han podido comer en restaurantes el día de Navidad.

El Centre d'Acollida Assís ofreció una comida especial el pasado día 25. Un total de 85 voluntarios se encarga todos los días de cubrir las necesidades básicas de personas sin hogar; es decir, el aseo, la adquisición de ropa de segunda mano y la comida. El día de Navidad prepararon un menú especial en el que no faltó nada: sopa de Navidad (la escudella catalana), pollo, turrón, barquillos... Pero además de la comida, lo que valoran quienes la necesitan es el hecho de poder estar con otras personas que se encuentran en su misma situación y poder hablar y reír con los voluntarios. Les ayuda a subir la autoestima y hace que este día sea un poco menos triste.

"La mayoría de la gente que viene son hombres de entre 30 y 60 años de edad, y del resto de España. Tienen una conducta muy regresiva y una necesidad muy grande de afecto. Somos conscientes de que no podemos sustituir a la familia, aunque sabemos que los ayudamos porque tenemos una relación muy cálida con ellos. No pretendemos crear dependencia, sino simplemente darles amistad", dice Josefina Basset, miembro del centro.

"Sólo pretendemos aliviar la soledad inmensa que la gente mayor siente en Navidad. Tenemos un interés especial en que ningún abuelo se quede solo, queremos convertir el centro en una casa abierta a todos", explica Pilar Mercadé, directora de la fundación Prisba. Este centro posee duchas, un servicio de lavandería, un centro de día y un comedor para los 70 abuelos que acuden todos los días. El día de Navidad prepararon una comida especial con escudella i carn d'olla, pavo relleno, polvorones, turrones y cava. En fin de año también se hará una comida especial.

En estos días, los voluntarios de Prisba se esfuerzan porque los ancianos participen en actividades creativas. En la comida de Navidad, por ejemplo, cada persona canta un villancico o recita un poema. "La mayoría de los abuelos se han quedado solos y en Navidad se ponen muy tristes porque se acuerdan de lo que han perdido. Tampoco tienen mucho futuro, pero aquí al menos saben que haremos todo lo que haga falta hasta que se mueran", explica Ascensión, voluntaria del centro desde hace 10 años.

Para los convalecientes sin hogar, la asociación Filles de la Caritat de Sant Vicenç de Paül ofrece 50 comidas diarias y 35 plazas para dormir. Los 11 profesionales de la asociación han adornado la sede con pesebres, han preparado un taller de material reciclable y también han ofrecido una comida especial de Navidad. Para Reyes preparan una pequeña fiesta con regalos. "Para ellos la Navidad es tremendamente dura. Se trata de personas de entre 28 y 65 años que se recuperan de operaciones, accidentes o que sufren enfermedades crónicas. Están solas y enfermas. Algunas tienen capacidad de comunicarse, pero otras se aíslan completamente. Lo más importante es tratarlas como personas normales y que puedan celebrar la Navidad como todo el mundo", explica Eduardo Sala, director de la asociación.

Antonio, el portugués, suele comer todos los días en el centro La Yaya Lluïsa. Allí se dirige cada mañana, tras dormir entre sus cartones. Allí se ducha, se pone ropa limpia y recibe un bocadillo. Estos días irá a los comedores del Ayuntamiento, en la calle de Navas y el Paral.lel. Es muy introvertido y no habla con nadie en todo el día. No le gusta pedir. "Llevo trabajando desde los 24 años y siempre he salido adelante sin la ayuda de nadie. Pero ahora no puedo, voy a buscar trabajo y cuando ven que no tengo residencia me cierran las puertas", explica. "Cuando no tengo más remedio me pongo a pedir, en la calle de Pelai, y entonces sí que me pongo triste al ver cómo todo el mundo derrocha el dinero en compras y a mí no me dan ni cinco céntimos".

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