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Ocho palestinos mueren en una incursión del Ejército israelí en Gaza

La operación complica la búsqueda de una tregua de los grupos armados radicales

Ocho palestinos, cuatro de ellos civiles desarmados, murieron ayer tiroteados por el Ejército israelí y más de medio centenar resultaron heridos, en el transcurso de una incursión militar en los campos de refugiados de Rafá, al sur de la franja de Gaza. La operación amenaza con provocar una espiral de violencia en los territorios palestinos y hacer fracasar los esfuerzos del primer ministro palestino, Ahmed Qurei, con la ayuda de la diplomacia árabe, para alcanzar una tregua con las facciones radicales e impulsar unas eventuales negociaciones con Israel.

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La incursión contra los campos de refugiados de Rafá -más de 90.000 habitantes- se inició ayer a las siete de la mañana, pocas horas después de que un comando palestino de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa matara en una emboscada a dos oficiales del Ejército israelí, que se encontraban en una guarnición en los alrededores del asentamiento de Gus Katif, en el centro de la franja de Gaza, escenario habitual de enfrentamientos entre soldados y miembros de la resistencia. En la operación de ayer participaron centenares de soldados de infantería, más de 40 vehículos blindados y una escuadrilla de helicópteros.

Portavoces del Ejército israelí aseguraron que la operación contra los campos de refugiados de Rafá no tenía relación alguna con la muerte de los dos soldados, sino que se trataba de una incursión planificada de antemano con el objetivo de destruir la red de túneles clandestinos que comunican la zona palestina y Egipto y que, según Israel, sirven para mover armas y municiones. El mando militar afirma que en los últimos meses han destruido 30 túneles. Según esta tesis, la incursión de ayer en Rafá sería la continuación de otra operación sangrienta iniciada en octubre y que duró una semana. Aquella incursión se saldó con la destrucción de cerca de un centenar de viviendas, la muerte de una decena de palestinos y más de medio centenar de heridos.

El mando militar israelí justificó ayer el número tan elevado de víctimas. Es, según ellos, el resultado de los duros enfrentamientos registrados entre sus soldados y militantes apostados en lo alto de los edificios. Estas explicaciones no aclaran la muerte de cuatro civiles, entre ellos un hombre de 50 años tiroteado en el pecho mientras observaba a los soldados desde un balcón.

El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, criticó esta incursión, ya que Israel, "como potencia ocupante, debe proteger a la población civil".

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El Ejército y los servicios secretos israelíes llevaron ayer a cabo una segunda operación en el área de Ramala, en el corazón de Cisjordania, donde detuvieron a cerca de una veintena de seguidores del movimiento fundamentalista Hamás, en un intento de desbaratar una operación que al parecer tenía como objetivo secuestrar a soldados para canjearlos por militantes palestinos detenidos.

Portavoces del Ejército aseguraron que los radicales palestinos habían proyectado asesinar y decapitar a otros tres soldados, de acuerdo con las consignas impartidas por la dirección desde Damasco. En una tercera operación en Jabaa, cerca de Yenín (Cisjordania), un palestino de 27 años resultó muerto anoche por disparos de los soldados israelíes.

La detención de militantes de Hamás ha supuesto, según los israelíes, la desarticulación de tres células de la resistencia palestina muy activas, y a través de las cuales se canalizaban millares de dólares que, procedentes de Siria, eran distribuidos entre los militantes de las facciones armadas.

Portavoces de la Autoridad Palestina dijeron que estas operaciones en Gaza y Cisjordania pueden hacer fracasar los esfuerzos de la comunidad internacional, encabezada por Egipto y Qatar, que coordinadas por el primer ministro palestino, Ahmed Qurei, tratan de pactar una tregua con las facciones armadas. Según estas fuentes, la incursión y la oleada de detenciones desencadenadas por el Ejército israelí han convertido en papel mojado una propuesta oficiosa de la dirección de Hamás, que días atrás había hecho llegar a EE UU, a través de Qatar, una oferta de cese temporal de hostilidades, siempre y cuando las tropas israelíes hicieran lo mismo.

Un palestino yace sin vida tras recibir un disparo de las tropas israelíes en el campo de refugiados de Rafá.
Un palestino yace sin vida tras recibir un disparo de las tropas israelíes en el campo de refugiados de Rafá.REUTERS

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