Maragall reunirá a su Gobierno en las tierras del Ebro para oponerse al trasvase

El nuevo Gobierno catalán quiere ponerse en primera línea desde el principio en la lucha contra el trasvase del Ebro previsto en el Plan Hidrológico Nacional (PHN). El Ejecutivo, que hoy se reúne por segunda vez, se propone situar el Ebro como una de sus prioridades del curso que ahora empieza hasta el punto de que el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, quiere celebrar en enero una reunión solemne de su Gobierno en las comarcas del Ebro. Maragall advirtió ayer de que no aceptará "dilaciones" en la renovación de los medios de comunicación públicos.

Tras tomar posesión, el Ejecutivo catalán quiere impulsar cuanto antes medidas concretas para que el cambio se haga evidente desde el principio. El conseller en cap, Josep Lluís Carod, auguró incluso que algunas de estas medidas serán "de impacto".

En la reunión de hoy el Gobierno nombrará la segunda línea de la Administración -los secretarios generales de cada departamento- y tiene previsto adoptar ya algunas de las propuestas contenidas en el acuerdo que sellaron las izquierdas para formar Gobierno. Fuentes del Ejecutivo explicaron que en las primeras reuniones del Consell Executiu se impulsarán normas de reconocimiento formal de la oposición -Maragall reclamó en vano en la pasada legislatura el trato de jefe de la oposición-, de Enseñanza (en las comisiones de matriculación), de Sanidad -para avanzar hacia los 10 minutos de media en las visitas de atención primaria-, de promoción del alquiler y de rechazo al trasvase del Ebro.

El nuevo Gobierno, según fuentes de Presidencia, se propone "combinar los gestos y la política" y el Ebro se encuentra en el primer lugar de la agenda del Ejecutivo. El consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, quiere que uno de sus primeros actos oficiales -probablemente la semana que viene- sea una visita a las comarcas del Ebro y Maragall quiere convocar allí una reunión de todo su Gobierno, a ser posible en enero. Fuentes del Ejecutivo explican que incluso barajan la posibilidad de que la izquierda impulse celebrar en Tortosa un pleno extraordinario del Parlamento catalán, aunque para ello se requiere el respaldo del grupo de CiU.

El lunes, el Ejecutivo comparecerá en el Parlament para presentar su programa y someterse al control de la oposición. En el pleno también se elegirá a los senadores autonómicos -Iniciativa recuperará un senador, con lo que Jaume Bosch se integrará en el grupo de la Entesa- y sigue abierta la posibilidad de que se voten los miembros del consejo de Administración de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV). No obstante, la votación depende de que la izquierda alcance un acuerdo con CiU, algo que ayer parecía aún prematuro, según subrayaron fuentes oficiales de la federación.

Convergència reclama un miembro más en el consejo de Administración de los que ha acordado la Junta de Portavoces. La elección de los consejeros exige que CiU se sume al acuerdo y mientras tanto se mantiene su actual composición, en la que el bloque CiU-PP tiene mayoría.

En la campaña electoral, Maragall se comprometió a nombrar al director general de la CCRTV que le proponga el consejo de Administración, pero ayer advirtió de que en ningún caso aceptará que se prolongue la interinidad. Maragall reiteró que su voluntad es "que no haya dependencia" de los poderes públicos, pero advirtió de que el precio no puede ser alargar la situación actual: "Queremos la no-dependencia y la no-dilación", sentenció.

Por otro lado, una delegación de la Mesa del Parlamento catalán visitará oficialmente la Cámara vasca a finales de enero, previsiblemente los días 26 y 27. Fuentes parlamentarias explicaron que la visita se acordó en la legislatura pasada tras una reunión en Barcelona con su presidente, Juan María Atutxa, y desvincularon la decisión de la coyuntura política actual.