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PRIMER 42.473 PREMIO

El 'gordo' se vuelca en Valencia y A Coruña

El primer premio, que se hizo esperar dos horas y cuarto, riega de euros a siete comunidades y se expande aún más a través de Internet

El primer premio de la lotería se hizo esperar. Hasta el tercer alambre de la sexta tabla, cuando ya pasaban las 11.15 de la mañana (51 minutos más tarde que el año anterior), no salió la bola que dio el premio más codiciado, 380 millones de euros -dos millones de euros a la serie, de las que hay 190 por número-, al 42.473. Apenas cinco minutos antes se había cantado el último quinto premio.

Y el gordo llegó repartido. El premio mayor se vendió ayer en Rianxo (A Coruña), donde cayeron 120 millones de euros de las 60 series vendidas. Las mismas que vendió la única administración de Sort (Lleida), La Bruja de Oro, pero que fueron a parar a otros lugares porque todas se vendieron a través de Internet.

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"Es mi primera Navidad y me estreno con el gordo". Juan Luis Lerma, de 31 años, lleva desde abril al frente de la Brujita Afortunada, la administración número 2 de lotería de Valencia, que distribuyó 94 millones de euros en 47 series. La mayoría de los billetes se vendieron en ventanilla y el resto en la cervecería Asturias, muy cerca del establecimiento de lotería, sobre todo a vecinos de la avenida del Puerto, donde se encuentra la administración que su familia regenta desde hace 10 años, informan Lydia Garrido y Jaime Prats. "Sólo sé que está muy repartido, pero no sólo en Valencia; por aquí hay bastantes hoteles y sé que han salido décimos a toda España", añadió.

Las mayores escenas de alegría se vivieron en la cervecería. "Sabía que iba a tocar", repetía el dueño, Ximo Sánchez, regado de cava. "El número lo escogí yo", apuntaba. Desde que se hizo con el bar, ha jugado el mismo número.

Otro buen pico del premio se repartió en Capdepera, al noroeste de Mallorca. Las 15 series (30 millones de euros) se vendieron en la zona turística, ahora casi desierta de Cala Rajada, y desde el instituto de enseñanza, cuyo alumnado desparramó ocho millones en papeletas de 1,2 euros en su recolecta para el viaje de estudios a París, informan Andreu Manresa y Belén Ginart.

El resto del primer premio se vendió en Casas Ibáñez (Albacete), A Coruña, Ronda (Málaga), San Sebastián (Guipúzcoa) y Massamagrell (Valencia), donde las administraciones distribuyeron una serie (10 décimos), que llevó dos millones de euros a cada una de esas localidades. Como los que vendió Charo Cortés desde la ventanilla de la única administración de Massamagrell, localidad de 13.000 habitantes a 16 kilómetros de Valencia. Los vecinos, concentrados a las puertas de la oficina de lotería, colapsaron la calle principal. Sólo un premiado se dejó ver: una mujer que había comprado un décimo y que, al darse cuenta de la presencia de periodistas, salió corriendo. Cortés aseguró que un camionero le había llamado para decirle que tenía tres décimos. El resto no recordaba a quién los había vendido.

El gordo se dejó ver por primera vez en muchas de esas localidades, aunque de puntillas. En Casas Ibáñez, de poco más de 4.000 habitantes, se celebró con charanga incluida, informa Isabel Salvador. Ángel Ródenas uno de los 10 agraciados, reconocía que "el corazón no se acelera tanto como las piernas, que tiemblan tanto que parece que vas a salir corriendo". Eligió el décimo porque el número se parecía al billete de la ONCE que compra a diario.

En la administración de loterías número 2 de Ronda (Málaga), regentada desde el pasado julio por Marka Ramírez, los 10 décimos se vendieron de forma suelta en ventanilla, y cuatro de ellos fueron a parar a una misma familia, que prefirió mantener el anonimato, informa Diego Narváez. Otro de los agraciados es Jesús Flores, propietario de un restaurante que ahora regentan sus hijos, y que compró un décimo a un vendedor ambulante dos días antes del sorteo. Empleará el premio en pagar parte de una finca y el resto lo repartirá con sus hijos.

En San Sebastián, Igone Iparragirre y su hija, Nagore Soria, al frente de la administración número 24, ubicada en el barrio obrero de Altza, no cabían en sí de gozo. La mitad de los 10 boletos los adquirió Tomasa Ribera, vecina del barrio, que hizo participaciones de cuatro y cinco euros, que vendió en el club de jubilados de Cihuri (La Rioja), su localidad natal. El resto las repartió entre sus hermanas, alguna amiga y ella misma, informa Yolanda Montero. Precisamente su hermana Begoña fue la única que se acercó a la administración, y explicó que destinará parte del premio a instalar la calefacción y arreglar el baño en su domicilio.

Algunos clientes del bar Asturias, en Valencia, celebran que el propietario del establecimiento, que aparece inclinado, repartió parte del<i> </i><b>&#39;gordo&#39;.</b>
Algunos clientes del bar Asturias, en Valencia, celebran que el propietario del establecimiento, que aparece inclinado, repartió parte del 'gordo'.AP

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